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Odesa, la ciudad que desafía a Rusia y abre restaurantes y bares

Con fe y esperanza, poco a poco regresan a su vida normal, a pesar de que los ataques no cesan.

Odesa, la ciudad que vuelve a la normalidad y desafía a Rusia

A pesar de que los embates de Rusia a Ucrania continúan, hay algunas regiones del país atacado que tratan de dar esperanza a sus habitantes y volver a su vida cotidiana.

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En las redes sociales y los medios internacionales se siguen viendo ataques y explosiones en Kiev y otras regiones de la nación presidida por Volodímir Zelenski, a pesar de que los negociadores del gigante euroasiático sostuvieron que reducirán su presencia militar en Chernígov y la capital.

Aun así, en Odesa se ha celebrado la reapertura de clubes, restaurantes de playa y salones de belleza, entre otros negocios, lo que puede ser considerado como un desafío y una necesidad económica.

El regreso a la actividad se da cuando el discurso ruso se torna negociador, pero en se siguen presenciando bombardeos en algunas regiones ucranianas.

Lo cierto es que refleja la cada vez mayor confianza entre los locales sobre la marcha de la guerra contra Rusia, por lo menos cerca de la costa del mar Negro.

“Creo que la ciudad está recobrando vida; que el miedo está desapareciendo un poco. La gente cree en nuestro ejército, que nos protege, y se siente cómoda, segura. No creo que el ejército ruso esté ganando”, dijo Alexander Hodosevich, baterista de una banda psicodélica instrumental, que comparte mesa con un grupo de amigos después de un concierto de una hora en el club More Music, a la BBC.

Precisamente este local, que acaba de volver a abrir sus puertas, ofrece conciertos (que también los transmite en directo) al final de la tarde, para que el público cuente con el tiempo suficiente para llegar a su hogar antes del toque de queda.

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Sin embargo, no todo ha regresado a la normalidad. En e norte de la ciudad, en una reconocida playa que los turistas visitan en masa en verano, el acceso al mar esta bloqueado por alambres de púas, minas terrestres y sacos de arena.

“He visto barcos rusos, pero se retiraron. Saben que somos una amenaza para ellos. Hemos recibido mucha artillería. Los cohetes venían desde allá. También llegaron drones que lanzaban bombas. Pero no tendrán éxito aquí. Que intenten aterrizar; les haremos pagar un precio alto”, dijo el soldado ucraniano Anatolii, de 27 años, que maneja un arma antiaérea.

Lo ciertos es que la confianza en Odesa está fundamentada.

Y es que el avance de las tropas rusas en la costa del mar Negro se ha estancado.

Las fuerzas ucraniana en la ciudad de Mykolaiv no sólo han protegido su puente estratégico; ahora desplazan a los invasores al este, de acuerdo a informaciones recientes.

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