NUEVA YORK (AP) —
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Cuando circuló un video en el que Donald Trump se mofaba de cómo manoseaba a las mujeres sin su consentimiento, Mike Pence se mantuvo a su lado, como compañero de la fórmula presidencial. Cuando el coronavirus causó estragos en Estados Unidos, el entonces vicepresidente elogió el manejo de la crisis por parte del gobierno. Y cuando una turba trumpista tomó el edificio del Congreso y amenazó con matarlo, Pence se negó a invocar la 25ta enmienda de la constitución con el fin de destituir a Trump.
Pero tras años de ser fiel ladero del expresidente, Pence está empezando a tomar distancia de Trump con miras a una posible postulación a la presidencia.
El mes pasado Pence dijo que Trump se había “equivocado” al insistir en que él podía anular los resultados de las elecciones del 2020, una atribución que un vicepresidente no tiene. En otra presentación ante importantes donantes republicanos, Pence exhortó al partido a dejar atrás las vendettas de Trump respecto a esos comicios y afirmó que “no hay cabida en este partido para los apologistas” de Vladimir Putin. Hizo ese comentario después de que Trump tildase al presidente ruso de “genio” antes de su brutal invasión a Ucrania.
Estas acciones indican que Pence está tratando de forjar una identidad política independiente de la de su antiguo jefe. La estrategia conlleva bastante riesgo en un partido que sigue siendo dominado por Trump y por su mentira de que le robaron las elecciones del 2020. Pero si Pence se maneja bien, podría ofrecer un modelo de cómo beneficiarse de su colaboración con Trump sin ser asociado con sus actitudes más tóxicas, que son mal recibidas por votantes de los suburbios que a menudo marcan la diferencia en las elecciones.
“Cuando te desempeñas como vicepresidente, tienes ciertas oportunidades y también ciertas ataduras”, expresó Marc Short, quien fue jefe de personal de Pence en la Casa Blanca. “Como que asumes una identidad diferente durante esos cuatro años porque tu trabajo es apoyar al presidente y lo que está haciendo”.
Colaboradores dicen que Pence tiene convicciones muy firmes, incluidas algunas que no coinciden con las de Trump. Esperan que Pence mencione con frecuencia estas diferencias, como su fuerte oposición al aborto, mientras apoya a candidatos en las elecciones de mitad de término de noviembre.
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Indican, por ejemplo, que Pence siempre ha sido muy crítico de Putin y que seguramente hará hincapié en eso.
El evangelista Franklin Graham dice que “la gente está viendo ahora al verdadero Pence”.
“Como vicepresidente”, expresó, “tienes que seguir la línea del presidente y apoyar todo lo que dice. Ahora, en cambio,) la gente está viendo quién es, lo que piensa. No repite lo que dice el presidente sino las cosas en las que él cree. Ya no habla por Trump”.
Pence ha estado recorriendo el país en los últimos meses, pronunciando discursos, recaudando dinero para candidatos en las elecciones de noviembre y visitando algunos de los estados donde tendrán lugar las primeras primarias, al tiempo que trabaja en un par de libros.
Su agrupación política, Advancing American Freedom, anunció una campaña publicitaria de 10 millones de dólares enfocada en legisladores demócratas que considera vulnerables y que promoverá la idea de aumentar la generación de energía en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. También prepara una “Agenda para la Libertad” que espera ofrezca a los candidatos lineamientos claros acerca no solo de las cosas que molestan a los republicanos, sino también de aquello en lo que creen.
Está cortejando a donantes y viajó a Israel, donde cenó con el exprimer ministro Benjamin Netanyahu, a quien Trump habría criticado, y se reunió con el actual primer ministro Naftali Bennett. Pence también se vio con el multimillonario Miriam Adelson, importante donante republicano, en cuyo avión viajó. Ambos se han visto dos veces en los últimos meses.
Pence quiere dejar en claro qué línea seguiría en unas primarias republicanos que podrían ser muy concurridas y en las que podría presentarse el propio Trump. Si bien hay un cierto sector del partido que jamás le perdonará el haber acatado la ley el 6 de enero, sus aliados creen que Pence puede tener una oportunidad única de explotar los éxitos del gobierno de Trump al tiempo que representa al movimiento conservador tradicional.
Encuestas iniciales indican que Trump es el gran favorito de los votantes republicanos, suponiendo que decida postularse. De no hacerlo, el gobernador de la Florida Ron DeSantis arrancaría como el favorito.
Otros potenciales candidatos, incluido el exsecretario de estado de Trump Mike Pompeo, asumen posturas parecidas.
Chris Christie hizo una presentación el lunes en la que criticó a Trump y a quienes expresan admiración por Putin. Dijo asimismo que Trump “está totalmente errado respecto a las elecciones”.
“Ya pasó y Joe Biden está durmiendo en la cama de Donald Trump”, manifestó Christie. “Necesitamos dar vuelta la página. No podemos seguir mirando hacia atrás. No podemos ser el partido de las revanchas y las vendettas”.
Pence por ahora guarda silencio respecto a sus intenciones, diciendo que se enfoca en apoyar a candidatos republicanos en noviembre.
Señaló que, “llegado el momento”, él y su familia decidirán qué hacen respecto el 2024.
Por ahora Trump no ha respondido a las críticas de Pence, algo inusual en alguien que se ofende por cualquier cosa.
Trump, no obstante, ha dejado en claro que su malestar con la actitud asumida por su excompañero de fórmula al final de su presidencia sigue vigente y descartó que lo vuelva a acompañar en una fórmula presidencial si decide postularse.
“No creo que la gente lo aceptaría”, expresó en una entrevista publicada por el Washington Examiner la semana pasada.
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Kathy McCormack colaboró en este despacho desde Manchester (New Hampshire).