BERLÍN (AP) — Los países que se apresuran a sustituir el petróleo, el gas y el carbón de Rusia con cualquier alternativa disponible podrían avivar la “destrucción mutua asegurada” del mundo a través del cambio climático, advirtió el lunes el jefe de Naciones Unidas.
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La estrategia sin restricciones que han empleado las grandes economías tras cortar las importaciones de combustibles fósiles rusos por su invasión de Ucrania podría acabar con las esperanzas de mantener el calentamiento global por debajo de niveles peligrosos, indicó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
“Los países podrían centrarse tanto en el déficit inmediato en el suministro de combustible fósiles que ignoran o limitan las políticas para reducir el uso de combustibles fósiles”, dijo en un mensaje en video en un acto organizado por el semanario Economist. “Esto es una locura. La adicción a los combustibles fósiles es una destrucción mutua asegurada”.
Alemania, uno de los mayores consumidores de energía rusa, quiere aumentar el petróleo que recibe del Golfo Pérsico y acelerar la construcción de terminales para recibir gas natural licuado.
En Estados Unidos, la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki dijo este mes que la guerra en Ucrania era un motivo para que los productores estadounidenses de crudo y gas “saquen más producción de la tierra en nuestro propio país”.
Guterres señaló que “en lugar de frenar la descarbonización de la economía global, este es el momento de pisar el acelerador hacia un futuro de energía renovable”.
Los científicos del Comité Intergubernamental de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comienzan una reunión de dos semanas para ultimar su nuevo reporte sobre los esfuerzos globales para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Otro informe publicado el mes pasado concluyó que la mitad de la humanidad ya corre un riesgo grave por el cambio climático, una proporción que aumentará con cada décima de grado de calentamiento.
Guterres señaló que el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) está “en soporte vital” porque los países no están haciendo suficiente para rebajar las emisiones.
Las temperaturas ya son 1,3 grados Celsius más altas que antes de la era de la industrialización, lo que mantiene en el horizonte el objetivo de París de reducir en un 45% las emisiones globales para 2030, indicó.
Pero tras el descenso asociado a la pandemia en 2020, las emisiones repuntaron con fuerza el año pasado.
“Si seguimos con más de lo mismo, podemos olvidarnos de los 1,5 grados”, dijo. “Incluso los 2 grados podrían quedar fuera de alcance. Y eso sería una catástrofe”.
Guterres instó a las economías más grandes y desarrolladas del mundo a hacer recortes significativos de emisiones, lo que incluye reducir de forma drástica su dependencia del carbón -el combustible fósil más contaminante- y exigir responsabilidades a las empresas privadas que siguen fomentando su uso.