Red Auerbach. Lenny Wilkens. Don Nelson. Si uno pasa revista a los 75 años de existencia en la NBA, cuando ni siquiera se llamaba NBA, estos son los únicos entrenadores que tienen la distinción de más triunfos que el resto.
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Hasta ahora.
Gregg Popovich finalmente se unió a este grupo.
Pronto, quizá este mismo miércoles, Popovich estará en la cúspide de la liga.
El veterano entrenador de San Antonio — que suma cinco campeonatos, que el año dirigió a la selección de Estados Unidos al oro olímpico, que tiene asegurado su lugar en el Salón de la Fama en cuanto les informe que desea ser considerado — consiguió la victoria número 1.335 de su carrera el lunes, venciendo 117-110 a los Lakers de Los Ángeles. Empató a Nelson en lo más alto de la tabla histórica de la temporada regular.
“Se lo merece”, dijo el base de los Spurs Dejounte Murray.
Predeciblemente, Popovich nunca ha aceptado tal afirmación. En las últimas semanas ha esperado de manera impaciente para dejar de lado este objetivo.
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Con un triunfo más, el miércoles tendrá su primera oportunidad ante Toronto, se convertirá en el líder en solitario de triunfos en la campaña regular. Pero más importante para él, no tendrá que escuchar más al respecto.
“Eso será bueno”, dijo Popovich.
Hace tiempo había asegurado su lugar en la historia del baloncesto, su legado, su estampa como uno de los mejores del deporte — si no el mejor de todos. Es uno de cinco entrenadores en las cinco ligas principales de Estados Unidos que ha estado con el mismo equipo al menos 25 años. Agregando sus 170 victorias en postemporada, su total de triunfos es de 1.505, que es 93 más que cualquier otro entrenador.
Fue un camino tortuoso para llegar a este momento. Jugó para la Academia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y como ya es sabido, no lo escogieron para formar parte del equipo olímpico en 1972, se convirtió en entrenador y seguramente hubiera sido feliz de continuar como el técnico de un equipo de División III en California.
Pero la NBA llamó. Con el tiempo, Popovich acabó dirigiendo a David Robinson y eventualmente como el patriarca de la dinastía liderada por Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili. El resto es historia. Realmente histórico.
“Todos conocen el gran trabajo que ha realizado y todos su logros”, dijo el año pasado el entrenador Larry Brown. “Desearía que más personas pudieran ver el tipo de persona que es”.
Brown fue clave para que Popovich llegara a este momento.
El camino de Popovich hacia la NBA, y su papel con los Spurs, no fue tradicional. Popovich entrenaba al Pomona-Pitzer, escuela de la División III en California. Heredó un programa que realmente no tenía expectativas: Pomona-Pitzer había perdido 88 encuentros consecutivos de conferencia antes del arribo de Popovich.
Los llevó al título en la temporada 1985-86, el primer campeonato en los 70 años de historia de la escuela. Popovich pidió un año sabático, asegurando que necesitaba aprender más del juego. Pasó un mes en Carolina del Norte aprendiendo con el legendario Dean Smith. Posteriormente fue auxiliar de Brown en Kansas, el entrenador que conoció cuando era estudiante de la Academia de la Fuerza Aérea.
Popovich reconoció que se ha preguntado qué hubiera sucedido si Smith y Brown no le hubieran dado esas oportunidades.
“Todos hacemos eso, ¿verdad? Nuestras vidas son la suma de experiencias”, dijo Popovich. “No soy diferente a los demás”.
Tras ese año sabático, Popovich cumplió su palabra y volvió con Pomona-Pitzer. Brown invitó a su equipo a Kansas para un encuentro tras la temporada: como era esperado, los Jayhawks aplastaron al equipo de la División III por 94-38.
Un año después, Brown lo volvió a llamar. Había dejado Kansas para entrenar a los Spurs. Quería que Popovich se fuera con él. Popovich se mantuvo en San Antonio hasta 1992, cuando despidieron a Brown y a todos sus asistentes. Popovich fue contratado como asistente de Golden State, bajo el mando de Nelson.
Tras dos temporadas con Nelson, los Spurs volvieron a buscar a Popovich — en esta ocasión como vicepresidente de operaciones. Eso fue en 1994. En 1996 despidió a Bob Hill y se autonombró entrenador. Se ha mantenido en ese puesto desde entonces.
“Fueron dos años maravillosos” reconoció Popovich sobre su tiempo con Nelson.
A sus 73 años, dirige a un equipo joven, construyendo un nuevo proyecto cn los Spurs y sigue innovando.
“Todas las formas en las que puedes ganar en la liga, ellos lo han hecho”, comentó el entrenador de Miami Erik Spoelstra.
Spoelstra y Popovich se midieron frente a frente como técnicos en las finales de 2013 y 2014. El Heat ganó la primera, y los Spurs se llevaron la revancha para el quinto y más reciente campeonato de Popovich.
Las historias son legendarias. Si Popovich ve a un jugador en una restaurante, les paga la cuenta o les manda algo. Los técnicos de la selección siempre hablan fascinados por las cenas que organiza, en las que se habla de todo menos baloncesto, consumiendo el mejor vino. Este es un personaje que consideró ser un espía — se graduó en estudios soviéticos en la Academia de la Fuerza Aérea antes de incursionar en el baloncesto.
Ha contado con exactamente 200 jugadores como entrenador de los Spurs. Ha dirigido contra 1.991 jugadores distintos, incluyendo contra padres y luego sus hijos. Ha dirigido contra 163 entrenadores distintos, y quienes han tenido 273 empleos distintos durante este tiempo.
Siempre ha sido una constante. Y el modelo a seguir.
“Cuesta encontrar las palabras para describir lo que ha significado”, dijo el escolta de los Spurs Josh Richardson.
Auerbach fue el entrenador con más victorias de la NBA tras la primera temporada de la liga y lideró la lista durante casi medio siglo.
Wilkens rebasó a Auerbach con la victoria 939 el 6 de enero de 1995, cuando él y los Hawks de Atlanta derrotaron a los Bullets de Washington por 112-90. Y Wilkens permaneció en la cúspide hasta el 7 de abril de 2010, cuando fue superado por Nelson en una noche en la que él y los Warriors de Golden State vencieron a los Timberwolves de Minnesota por 116-107.
En ese momento, Popovich era el 15to de la lista histórica.
Ya no. Ahora comparte la cima.
Y muy pronto será el único ahí.