WASHINGTON (AP) — Es hora de que Estados Unidos deje de permitir que el coronavirus “diga cómo vivimos”, declaró el miércoles la Casa Blanca del presidente Joe Biden, al delinear una estrategia para que la gente pueda regresar a muchas actividades normales después de dos años de trastornos ocasionados por la pandemia.
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Uno de los puntos destacados es la iniciativa llamada “test-to-treat” (testeo para tratamiento), que proveería píldoras antivirales gratuitas en las farmacias a la gente que dé positivo para el virus.
El Plan Nacional de Preparación para el COVID-19, de 90 páginas, explica iniciativas e inversiones para seguir combatiendo los casos graves y muertes y a la vez prepararse para nuevas variantes en potencia y brindar a los empleadores y las escuelas los recursos para seguir abiertos.
En su discurso sobre el Estado de la Unión el martes, Biden habló de los logros contra la enfermedad desde el año pasado, la reducción drástica de casos, la accesibilidad de vacunas y tests y las nuevas terapias que en poco tiempo serán más accesibles.
“Este plan presenta la hoja de ruta para ayudarnos a combatir el COVID-19 en el futuro a medida que llevamos a Estados Unidos de la crisis a una época en que el COVID-19 no trastorna nuestra vida cotidiana y es algo que podemos prevenir y tratar”, dijo la Casa Blanca. No es que simplemente ‘viviremos con el COVID’. Gracias a nuestro trabajo, ya no permitiremos que el COVID-19 diga cómo vivimos”.
Los casos de COVID-19 en Estados Unidos han caído en las últimas semanas a su nivel más bajo desde mediados del año pasado, después de un pico invernal debido a la muy contagiosa variante ómicron. Sin embargo, las muertes, retrasadas en varias semanas con respecto a los casos, siguen siendo elevadas, con un promedio diario de 1.700. Las autoridades destacan que casi todos los casos de enfermedad grave y muerte han ocurrido en personas no vacunadas o que no han recibido la dosis de refuerzo.