RÍO DE JANEIRO (AP) — Decenas de perros y sus dueños en Río de Janeiro se reunieron el domingo para participar en su desfile anual de Carnaval, desafiando la prohibición municipal de celebrar fiestas en la calle.
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Los perros, ataviados con sus mejores atuendos, participaron en el tradicional concurso de disfraces en un club privado del barrio de Recreio dos Bandeirantes.
La perra Lula iba vestida de hada rosa, Cristal de bailarina con un tutú fucsia, y Elisa de reina con una corona dorada con zafiros rojos.
La reunión de los peludos se llevó a cabo a pesar de las restricciones impuestas en enero por el alcalde Eduardo Paes, quien, ante la rápida propagación de la variante ómicron del coronavirus, aplazó el Carnaval hasta abril y prohibió las fiestas callejeras.
“Todos los años hacemos un concurso de disfraces y la gente espera este día. Así que pensamos: ‘Hagamos la fiesta de todas formas’”, dijo Marco Antonio Veira, conocido como “Toto”, que ha sido organizador del evento durante unos 20 años.
Debora Guedes viajó desde la vecina ciudad de Sao Goncalo, a más de una hora de camino. Vino con su perra de 2 años, Briana, vestida con un traje de Harry Potter.
“Me gusta el Carnaval, pero con un perro es más divertido todavía”, dijo Guedes a The Associated Press.
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El “Blocao” del domingo —una combinación de “bloco”, que hace referencia a las tradicionales fiestas callejeras de Carnaval, y “cao”, perro en portugués— no fue la única transgresión a la prohibición del Carnaval en la ciudad.
Desde el sábado, el día en que hubiera comenzado el Carnaval de no haber sido postergado, se han visto juerguistas con sus coloridos trajes de fiesta por toda la ciudad, dejando a su paso un estela de lentejuelas.