La variante ómicron no solo ocasionó un incremento de los casos de Covid-19 a nivel global, sino una mayor cantidad de infecciones en menores y, en consecuencia, la aparición del crup, una condición respiratoria provocada por un virus, en este caso el SARS-CoV-2.
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La preocupación de pediatras se elevó a causa de los casos de ómicron en niños y niñas, aunque la variante más reciente del coronavirus trajo un aumento del crup, que se define como una inflamación de las vías respiratorias superiores, es decir, la tráquea y la laringe.
Se trata de un padecimiento asociado a la presencia de un virus y tiene como manifestación evidente una tos seca, conocida como “de perro”, aunque otras de las características de esta patología son el estridor y la dificultad para respirar.
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Los menores desde los tres meses hasta los cinco años son lo más propensos a sufrir del crup, el cual suele presentarse en mayor medida con los agentes que causan sarampión, adenovirus, fiebre, influenza o la gripe común.
“Estábamos viendo más pacientes con crup y más pacientes daban positivo en las pruebas de Covid, algo que no habíamos observado durante las fases anteriores de las oleadas del nuevo coronavirus”, precisó la Dra. Ashley Keilman, de urgencias pediátricas del Hospital Infantil de Seattle.
En este sentido, los síntomas iniciales de la laringotraqueobronquitis pueden tener una duración de entre tres y cuatro días; no obstante, la tos puede persistir a lo largo de varios días. Si el tiempo en el que existe la presencia de la “tos de perro” se prolonga, puede ser necesario que los padres de los menores acudan ante un especialista.
Pese a un mayor registro de crup en niños y niñas de todo el mundo, los especialistas han asegurado que no existe riesgo de gravedad para este grupo de edad y se suele atender con fármacos esteroides de manera oral.
