CIUDAD JUÁREZ, México (AP) — Un albergue cerca de la frontera entre México y Estados Unidos no sólo recibe a migrantes y solicitantes de asilo, sino también gallinas, cerdos y más adelante peces dado que el sacerdote que lo administra aspira a lidiar con las estancias más prolongadas por medio de un cierto grado de autosuficiencia y de actividades que reduzcan el estrés para sus huéspedes.
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Los solicitantes de asilo obligados a esperar del lado mexicano de la frontera hasta la fecha de su audiencia en un tribunal estadounidense pasan, en algunos casos, meses en el albergue San Matías, el cual es administrado por el reverendo Héctor Trejo en esta ciudad industrial que colinda con El Paso, Texas.
La espera puede resultar estresante para las personas que, en algunos casos, huyen de situaciones traumatizantes en sus países de origen. Los costos de alimentar a una población semipermanente también han ido al alza.
El producir sus propios alimentos podría ayudar a resolver ambos retos.
“Un espacio que va a tener la capacidad de producir alimentos. Por otro lado tienes un lugar seguro, un espacio seguro y digno para que las familias puedan desarrollar su proceso en el sentido más armónico posible”, explicó Trejo.
Hay corrales en los que los cerdos duermen o sacan sus hocicos para tener contacto con los migrantes y un invernadero donde se resguardan vegetales de las gélidas temperaturas en un terreno del tamaño de una cuadra en un vecindario con alto índice delincuencial ubicado a aproximadamente 1,6 kilómetros (una milla) de la frontera.
Trejo también planea una granja de peces que tendrá la capacidad para producir siete toneladas de tilapia al año.
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“Te relaja, simplemente ir a donde están los gallineros, a darles de comer. Claro que te ayuda porque te hace de momento olvidarte de los problemas y tener algo que hacer aquí”, dijo José María Guerrero, que huyó de su hogar en el estado de Michoacán, en el occidente de México, debido a la violencia y ahora busca asilo en Estados Unidos.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden reactivó el programa llamado “Permanecer en México” el 6 de diciembre en El Paso. La medida, implementada por el gobierno de Donald Trump, pretendía disuadir de viajar a la frontera a quienes buscan asilo en Estados Unidos. Biden puso fin a la política cuando asumió la presidencia, pero una corte obligó a su gobierno a ponerla nuevamente en marcha.
El número de solicitantes de asilo que regresaron a México tras la reactivación de la política ha sido un tanto reducido hasta el momento. Pero las autoridades estadounidenses también expulsaron de su país en más de 1,5 millones de ocasiones a migrantes sin otorgarles la oportunidad de pedir asilo desde marzo de 2020 en conformidad con las restricciones impuestas por la pandemia conocidas como Título 42, medida que toma su nombre de una ley de salud pública de 1944.
Ambas políticas han aumentado la presión sobre las ciudades fronterizas mexicanas y han limitado particularmente su capacidad para ofrecer albergue.
La compañía Innovaciones Biológicas, del biólogo Benjamín Navarrete, diseñó la operación de la granja y cree que podría replicarse en sitios con crisis humanitarias.
“Es un muy buen modelo de producción de alimentos, más que nada para el caso de los albergues, muchos de los gastos fijos que tienen pues es en base a lo que es la alimentación”, dijo Navarrete.