El enviado del clima estadounidense John Kerry llamó el miércoles a hacer más inversiones en energía limpia y pidió a México mantener “abierto y competitivo” su mercado, en medio de tensiones sobre el plan mexicano de darle prioridad a su sector eléctrico estatal y limitar la inversión de compañías privadas y extranjeras en energías renovables.
PUBLICIDAD
“Lo que queremos hacer es trabajar con México de una manera que fortalezca … la capacidad del mercado de ser abierto y competitivo”, declaró Kerry en pronunciamientos iniciales al visitar Ciudad de México.
Las compañías estadounidenses se han quejado enérgicamente de las reformas constitucionales propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador en octubre. Las reformas están estancadas en el Congreso mexicano, donde necesitan una mayoría de dos tercios para ser aprobadas.
Los cambios garantizarían una participación mayoritaria del mercado para las plantas energéticas estatales que queman combustibles fósiles al tiempo que limitaría las compañías privadas de energía eólica, solar y de gas natural a una menor porción del mercado.
Muchas compañías estadounidenses en México han invertido en fuentes de energía limpia o dependen de energía más barata producida por ellas.
Kerry ofreció financiamiento y tecnologías estadounidenses para impulsar el consumo de energía renovable y declaró: “Respetamos totalmente la soberanía de México”, en referencia a los esfuerzos de López Obrador por impulsar la autosuficiencia energética y las empresas estatales.
México niega que las reformas buscadas por López Obrador violarían las promesas mexicanas de reducir sus emisiones de gases o el tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá, que prohíbe favorecer la industrias propias por encima de las inversiones extranjeras.
PUBLICIDAD
Pero las consecuencias de la afinidad de López Obrador por los combustibles fósiles es un tema latente. El mandatario mexicano suele hablar con nostalgia de su niñez en el estado petrolero de Tabasco y ha impulsado las inversiones en refinerías petroleras. Esas refinerías suelen producir aceite sucio como excedente, que tiene que ser incinerado en plantas del gobierno porque ya hay muy pocos compradores.
La embajada estadounidense en México expresó su preocupación antes de la llegada de Kerry.
“El gobierno de los Estados Unidos ha expresado reiteradamente preocupación sobre la propuesta actual del sector energético de México”, declaró la embajada en un comunicado. “Promover el uso de tecnologías más sucias, anticuadas y caras sobre alternativas renovables eficientes, pondría en desventaja tanto a consumidores como a la economía en general”.
López Obrador intentó el martes restar importancia a las fricciones al asegurar que “hay facilidades para la inversión. Lo único es que queremos al mismo tiempo fortalecer a la CFE”, dijo, refiriéndose por sus iniciales a la Comisión Federal de Electricidad.
La CFE gestiona las termoeléctricas que consumen carbón y el combustóleo que produce la petrolera estatal Pemex. También maneja algunas plantas solares, nucleares e hidroeléctricas.
El mandatario mexicano es partidario de las empresas gubernamentales y de los combustibles fósiles como el petróleo. Pero negó que el país no quiera energías limpias e insinuó que Estados Unidos pudiera ofrecer fondos para sus planes de aumentar la capacidad de energía hidroeléctrica de México.
“Es cosa de llegar a acuerdos con el gobierno de Estados Unidos para inversiones; no privatizar, sino recibir créditos a tasas bajas, a como cobran los intereses en Estados Unidos, y eso sería una inversión en favor del medio ambiente”, declaró el mandatario.