NUEVA YORK (AP) — Cooper Hoffman nunca había querido actuar. En la primaria formaba parte de las obras de teatro, pero sólo ayudando tras bambalinas. Cuando llegaba el momento de que el elenco y equipo salieran al escenario a hacer una reverencia al final, recuerda que se quedaba lo más lejos posible de la vista pública y que incluso se escondía en el baño.
PUBLICIDAD
Pero la primera vez que Hoffman, hijo del fallecido Philip Seymour Hoffman, leyó el guion en una audición casual para “Licorice Pizza” con el director y guionista Paul Thomas Anderson y su eventual compañera de reparto Alana Haim, algo hizo clic.
“Creo que nunca lo consideré una posibilidad. Siempre tuve un poco de miedo de entrar en ese campo porque mi padre lo hacía muy bien”, dice Hoffman. “Pero en el segundo que leí con Paul y Alana, me emocioné mucho. Fue como, ‘Dios mío, necesito hacer esto’”.
Cuando Hoffman, de 18 años, estaba filmando “Licorice Pizza”, le sorprendió lo cómodo que se sentía a pesar de que era su primera película. Aquí estaba él, haciendo lo que había evitado durante mucho tiempo, y amándolo. Una década después de que el padre de Hoffman fuera una figura constante en las películas de Anderson — “The Master” (“The Master: Todo hombre necesita un guía”), “Magnolia”, “Boogie Nights” (“Boogie Nights: juegos de placer”), “Hard Eight” (“Sydney: juego, prostitución y muerte”) — su hijo mayor ocupaba su lugar en otro plató del cineasta. Muy a modo, uno de los primeros diálogos de Alana para Hoffman, quien interpreta al joven actor y emprendedor Gary Valentine, es: “Eres TODO un actor”.
“De alguna forma extraña, me sentí como si estuviera poniéndome en los zapatos de mi papá”, dijo Hoffman en una entrevista reciente. “Realmente fue esta sensación de ‘quizá esto es lo que él sentía’. Fue una rara experiencia extracorporal. Me sentí increíblemente cerca de mi papá durante todo el proceso de filmación”.
“Licorice Pizza”, que se expandirá a 2.000 cines de Estados Unidos este fin de semana y llegará a México el 24 de febrero tras ser nominada a tres Premios de la Academia, incluyendo a mejor película, se desarrolla en la década de 1970 en el Valle de San Fernando en California, de donde es originario Anderson, justo al otro lado de las montañas de Hollywood. Su elenco está lleno de amigos y familia. Las hermanas rockeras de Haim, quienes aparecen en la película, han sido amigas de los Anderson por mucho tiempo. Maya Rudolph, la esposa de Anderson, y sus hijos también actúan en ella, al igual que Sean Penn, Bradley Cooper, Tom Waits y George DiCaprio, el papá de Leonardo.
Pero en la mezcolanza de familia y celebridades en la película, la conmovedora presencia de Hoffman es algo aparte. Él le da a la desgreñada y soleada película de Anderson una sinceridad fresca. La mayoría de las veces, está sonriendo o corriendo, como un niño jugando. Se proyecta presenta él mismo y en movimiento. Pero también hay conexiones que son difíciles de pasar por alto. En “Punch Drunk Love” (“Embriagado de amor”) de Anderson, Philip Seymour Hoffman interpretó a un vendedor de colchones. En “Licorice Pizza”, Cooper vende camas de agua.
PUBLICIDAD
“Es uno de los hilos cinematográficos unidos que nadie podría haber previsto o predicho”, dijo Anderson, riendo. “Sin embargo, ¡aquí estamos! Mira cómo rodaron los dados. Los agitas, los dejas rodar por el tablero y dices, ‘¿puedes creerlo?’”.
Así como Hoffman no se propuso actuar en “Licorice Pizza”, Anderson inicialmente no trató de elegirlo. Pero después de hacer audición a otros que carecían de la autenticidad deseada, Anderson recurrió a Hoffman, a quien conocía desde que era un niño. También lo había dirigido antes, en películas caseras para iPhone que Anderson filmaba con su hijo Jack, las cuales describe como “generalmente situaciones basadas en ‘Mission: Impossible’ (‘Misión: Imposible’)”. Cooper interpretaba al villano.
“Se lo toma igual de en serio”, dijo Hoffman sobre las películas caseras de Anderson. “Yo reía y él me decía: ‘Cooper, tienes que dominar la escena’. De alguna manera me preparó a una escala mucho menor para ‘Licorice Pizza’”.
Nada pudo haber preparado a Hoffman para el primer día de filmación. Debido a la apretada agenda de Bradley Cooper, comenzaron por rodar el muy comentado encuentro con Jon Peters (Cooper). En su primera escena, Hoffman se encuentra cara a cara con una de las estrellas más grandes de Hollywood, en un intercambio exagerado en el que Cooper se enfrenta agresivamente a Hoffman.
“Creo que nunca me había sentido más nervioso en toda mi vida”, dijo Hoffman. “La primera toma me puse a temblar. Paul no la usó, obviamente, porque yo estaba tartamudeando. Fue genial tener a Alana ahí. Después dijimos, ‘¿En qué diablos nos metimos?’”
Hoffman, sin embargo, rápidamente se dio cuenta de lo mucho que amaba el arduo trabajo comunal de hacer cine. Todavía no tenía su licencia de conducir, por lo que Haim (también una actriz primeriza) a menudo lo llevaba al set o al restaurante de comida rápida In-N-Out para almorzar. Hoffman tenía 11 años cuando su padre murió en 2014, por lo que su afición por las películas de Anderson surgió principalmente después. Cuenta películas como “Boogie Nights” y “The Master” entre sus favoritas. Le encanta el Mattress Man (el vendedor de colchones).
“Veo a mi papá pero está interpretando un personaje”, dijo Hoffman. “Claro que es emotivo ver a alguien que se ha ido en una película. Me encanta ver a mi papá. Creo que es un actor brillante. Sé que soy parcial, pero realmente creo que eso es verdad”.
Hoffman, cuya madre es la diseñadora de vestuario Mimi O’Donnell, tiene dos hermanas menores. Antes de “Licorice Pizza”, había evitado en gran medida la vida pública. “Creo que la atención me asusta un poco”, dijo. Algunos recordarán las lindas fotografías de Cooper y su padre junto a la cancha en un partido de los Knicks. (Hoffman sigue siendo un fan). Su cabello rojo, dijo, ha llevado a que algunos lo comparen con el personaje de su padre en “Boogie Nights”, Scotty.
“No sé si tomar eso como un cumplido o no”, dijo Hoffman.
Para Anderson, Hoffman también se parece mucho a su madre. “Tiene sus ojos y su sonrisa”, dijo. Y desde muy pequeño, Hoffman ha sido sencillamente él mismo.
“Sigue siendo el mismo niño empático, sincero, tierno e hilarante que conocí cuando tenía 2 años”, dijo Anderson. “Es más o menos exactamente igual. Su más grande rasgo es la empatía”.
Eso hizo que Anderson fuera especialmente protector con Hoffman, quien estaba dando su primera entrevista extensa en solitario. No todos los ámbitos del mundo del espectáculo son tan enriquecedores como el set de filmación familiar de Anderson. El director compara ver a Hoffman dar un paso adelante con ver a su hijo andar en bicicleta por una curva ciega por primera vez.
Pero Hoffman, nominado a un Globo de Oro y galardonado con el premio a la mejor actuación revelación por la Junta Nacional de Reseñistas, está poniendo manos a la obra. Inspirado por su experiencia en “Licorice Pizza”, actualmente estudia actuación en Nueva York.
“Ahora, por el momento, tengo muchas ganas de ser actor. Y lo estoy haciendo”, dijo Hoffman. “Estoy contento de emprender este camino y ver qué pasa con él. Estoy disfrutándolo completamente. Es hermoso ser comparado con mi padre, pero también espero, por el hecho de que soy un actor, que la gente no me vea sólo como su hijo. Espero que la gente pueda diferenciarnos”.
Encontrar su propio camino como actor ha ayudado a Hoffman a comprender algo sobre su pasado y sobre su padre. Para ilustrarlo, Hoffman relata una historia que le contó su madre sobre su abuelo consolando a su padre después de una ruptura amorosa.
“Su papá dijo algo hermoso: ‘La relación no ha terminado. Puede que no la veas, puede que no estés con ella constantemente. Pero estás pensando en ella. La relación sigue viva’”, dijo Hoffman.
Dadas las nominaciones al Oscar por “Licorice Pizza”, Hoffman podría asistir a los Premios de la Academia el próximo mes. No sería su primera vez. En 2013, su padre se lo llevó cuando fue nominado por “The Master”. Hoffman recuerda vívidamente esa noche, cómo su papá no estaba triste cuando perdió, cómo fue la fiesta posterior.
“Él me estaba cuidando y chequeando. En algún momento de la noche, dije: ‘No me gusta esto, me quiero ir. Esto es abrumador. Hay demasiada gente’”, dijo Hoffman. “Nos fuimos de regreso al hotel y jugamos Wii y comimos hamburguesas con queso y Joaquin Phoenix vino y salimos con él. Y eso es todo lo que yo realmente quería hacer”.
___
Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP.