LONDRES (AP) — La oficina de Boris Johnson se disculpó el viernes con la familia real por realizar una fiesta para su personal el año pasado en Downing Street, en la víspera del funeral del príncipe Felipe. Fue la más reciente de una serie de reuniones que violaron las normas de confinamiento y que ahora amenazan con derribar al primer ministro británico.
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La fiesta de despedida del director de comunicaciones, con bebidas y baile hasta avanzada la noche, tuvo lugar el 16 de abril de 2021, la víspera del funeral en el que la reina Isabel II se sentó a solas debido a las normas de distanciamiento social para frenar la trasmisión del coronavirus.
Días atrás, Johnson ofreció disculpas por asistir a una reunión anterior en el jardín de las oficinas y residencia de Downing Street en mayo de 2021, cuando regía una cuarentena estricta en todo Reino Unido.
El vocero de Johnson, Jamie Davies, dijo que el gobierno reconoce que la fiesta en mayo pasado provocó un “profundo malestar en la opinión pública”.
“Es profundamente lamentable que esto tuviera lugar en una época de luto nacional y No. 10 ha enviado sus disculpas al palacio”, dijo, en alusión a la oficina en el número 10 de Downing Street.
Sobre la fiesta en abril de 2021, el exdirector de comunicaciones James Slack dijo que la fiesta de despedida de su trabajo “no debió haber sucedido cuando sucedió”.
“Ofrezco disculpas sin reservas por la ira y el dolor causados”, dijo Slack en un comunicado.
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“Lo lamento profundamente y asumo toda la responsabilidad”, añadió Slack, quien desde su partida del gobierno es subdirector del tabloide The Sun.
No se dice que Johnson haya asistido a esa fiesta, revelada por el diario Daily Telegraph.
La nueva revelación ha provocado un disgusto generalizado en Gran Bretaña debido al simbolismo de que se realizó el 16 de abril de 2021, el día anterior al funeral de quien fue el esposo de la reina durante siete décadas.
El Daily Telegraph dijo que el personal de Downing Street bebió, bailó y conversó en las fiestas de despedida de Slack y otro funcionario hasta bien avanzada la noche. Al día siguiente, la reina viuda se sentó lejos de los demás asistentes en el oficio fúnebre por su esposo en el castillo de Windsor.
La foto de la monarca, sola, vestida de negro y con mascarilla, se convirtió en una imagen poderosa del aislamiento y sacrificio padecidos por muchos durante la pandemia.