Un técnico borracho intentó entrar en la habitación, gritando obscenidades. La pasante, recién bañada, temía lo peor, pero se mantenía encerrada. Tras vestirse, bajó las escaleras para reclamar a su compañero, que trató de abrazarla, haciendo comentarios horribles. Ella luego se escondió en otro sitio, incapaz de volver a su habitación.
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Es una de las experiencias de acoso que se vivieron (¿se viven aún?) en SpaceX, la compañía de Elon Musk. The Verge reunió a varias ex trabajadoras y pasantes que relataron momentos terribles vividos en la empresa.
Ahsley Kosak, otra ex empleada, que dejó la empresa aeroespacial en noviembre de este año, habló sobre manoseos e incomodidades por los avances sexuales de sus compañeros.
Kosak trabajaba como ingeniera de confiabilidad de construcción en Cabo Cañaveral, Florida. En algún momento, otro trabajador la tomó del trasero. Luego, en otra ocasión, un colega pasó su mano sobre su pecho.
Varios hombres enviaban mensajes de texto, haciéndole insinuaciones sexuales en medio de la noche.
Todo fue denunciado en Recursos Humanos, pero no obtuvo solución. Finalmente, decidió renunciar y escribió un ensayo donde contaba todo lo sucedido.
“Espero que este ensayo ayude a sacar a la luz que muchos de los comportamientos que están sucediendo allí no están bien”, afirmó Kosak, respondiendo a The Verge.
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“Algunos de los hombres que trabajan en SpaceX”, recalca Kosak, “abrazan a las mujeres sin consentimiento, miran a las mujeres mientras trabajan e interpretan cada encuentro social como una oportunidad para salir o manosear a las mujeres en la oficina”.
¿Qué hace SpaceX frente a las denuncias de acoso sexual?
Habla otra antigua trabajadora de SpaceX: “Nunca vi que se tomaran medidas significativas contra las personas que cometieron actos de acoso sexual”.
Julia Crowley Farenga, ex pasante, demandó a la empresa en 2020, con el argumento de que un gerente tomó represalias en su contra luego que denunciara el acoso de otro jefe. Al terminar la pasantía no fue contratada.
Luego que Kosak publicara su ensayo, Gwynne Shotwell, presidenta y directora de operaciones de SpaceX, envió un correo electrónico a los empleados recordándoles que el acoso no será tolerado, además de alentar a las personas a denunciar cualquier situación incómoda.
“La denuncia oportuna de acoso es clave para mantener a SpaceX como un gran lugar para trabajar: no podemos arreglar lo que no conocemos”, apuntó Shotwell.
Pero Kosak va más allá, concluyendo: “SpaceX es una empresa ambientalmente irresponsable tan plagada de sexismo que el único remedio es que las mujeres renuncien”.
El carácter volcánico de Elon Musk
Estas denuncias de acoso sexual en la empresa de Elon Musk se unen a un libro del periodista Tim Higgins, publicado este año, sobre el carácter volcánico del CEO.
Higgins relata humillaciones y despidos injustificados de Musk contra ejecutivos de Tesla (otra de sus compañías), como un gerente que contradijo al multimillonario sobre la producción de vehículos Model 3 para 2019. El CEO despidió al empleado, argumentando que estaba decepcionado “por su incapacidad fundamental para desempeñarse”.
Lo más curioso es que, como previó el gerente, Tesla no pudo cumplir con la meta establecida para la producción de Model 3.
También cuenta Higgins sobre un caso en el que Musk persiguió a otro ejecutivo, gritándole hasta el estacionamiento del Centro de Entrega de Fremont, porque había decidido renunciar a la compañía.
El libro se llama Power Play: Tesla, Elon Musk y la apuesta del siglo.