Ante la llegada del COVID-19 y su impacto en el funcionamiento de los mercados, el sector inmobiliario se enfrenta a una serie de cambios y tendencias fundamentales que determinarán su futuro. La declaración del Estado de Emergencia, las restricciones en los espacios públicos, el cierre de negocios y las diversas normas sanitarias, han generado un cambio en la demanda de los consumidores, dando paso al replanteamiento de la oferta de los proyectos inmobiliarios.
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Inmobiliaria Desarrolladora detalla a continuación algunos de los cambios y tendencias que veremos en los próximos meses.
La seguridad sanitaria y la innovación tecnológica en los edificios serán dos tendencias fundamentales que irán de la mano en el sector inmobiliario. Se dará un incremento en el equipamiento tecnológico de los edificios. Veremos ascensores más espaciosos e inteligentes, puertas automáticas con sensores, construcciones con materiales más lisos y fáciles de limpiar, sistemas de inteligencia artificial que reducirán el contacto de las personas con las cosas, entre otros. El consumidor buscará reducir la posibilidad de contagio a toda costa, evitando salir de casa y extremando los cuidados en sus actividades cotidianas.
Después de semanas de confinamiento, muchas personas han descubierto que sus viviendas no tienen lo que su familia necesita. Las nuevas edificaciones tendrán que proporcionar a sus ocupantes más zonas abiertas y áreas comunes espaciadas y exclusivas, que les permitan estar en contacto con el exterior y hacer sus actividades del día a día. Según Antonio Espinosa, Gerente General de Inmobiliaria Desarrolladora: ‘En Lima Moderna se podría incrementar la demanda de aquellos departamentos que cuenten con balcones o terrazas propias, mayor luz natural, depósitos más amplios, vistas privilegiadas, equipamiento exclusivo incorporado en las viviendas como zona de parrilla y áreas comunes como zonas para el teletrabajo. Se optará por edificios en zonas céntricas y cercanas a negocios esenciales a los que puedan llegar a pie’.
Al igual que en los departamentos, la tendencia en las oficinas se encamina hacia las de estilo boutique ubicadas en zonas accesibles al transporte, restaurantes y negocios de primera necesidad como supermercados y farmacias. La búsqueda de áreas comunes jugará un papel fundamental y decisor. Más salas de reuniones, pero para menos personas, estacionamientos amplios, comedores y terrazas, se mantendrán en la mira de los consumidores.
El COVID-19 ha influido en la forma de consumir, de movilidad, de trabajar, entre otros. Y posiblemente traerá consigo en los próximos meses una descentralización y reducción en el número de asistentes a las oficinas. Muchos optarán por el teletrabajo o buscarán espacios como con un menor aforo de personas. Esto será sin duda un factor fundamental que potenciará la venta de proyectos inmobiliarios que incrementen la demanda de oficinas boutique y espacios de coworking fomentando el teletrabajo.
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