Lamentablemente, siempre hay héroes olvidados. En el Perú, así como hoy en día en plena pandemia aplaudimos a los agentes de las Fuerzas Armadas y al personal médico, es posible que meses después se nos olvide su epicidad. Suele pasar. Por lo menos, es lo que parecía haber pasado con uno de los mejores atletas que ha tenido el Perú, hasta que un comercial nos lo trajo de vuelta convertido en un amoroso abuelo.
PUBLICIDAD
Roberto Abugattás Abuid es una leyenda del deporte peruano. Lo dicen sus 81 campeonatos internacionales representando al Perú, entre Sudamericanos, Bolivarianos, Panamericanos Iberoamericanos y Juegos Olímpicos. ‘En la mayoría obtuve medallas’, dice sin una pizca de soberbia el atleta, hoy de la categoría Master con 77 años. De estos, fueron 21 los que le dedicó a la alta competencia, siempre en su especialidad: el salto alto.
Lo primero que comenta Abugattás es que nació en Mollendo, y que es hijo predilecto de la ciudad arequipeña. Lo dice porque en muchas fichas aparece como natural de Pisco. Fue a los 14 años que tomó la decisión de convertirse en atleta y todo gracias a la película El hombre de bronce (1951) que protagonizó Burt Lancaster en el papel del atleta Jim Thorpe.
‘Yo vi esa película cuando tenía 15 años. Era muy ágil, pero no conocía que existían pruebas de ese tipo. Al verla dije que lo iba a hacer. Me gustó tanto (la película) que me dediqué a eso. Y hasta ahora, pese a una operación al corazón, sigo compitiendo’, le cuenta Roberto a Publimetro.
Lo apodaron el ‘Canguro’ y entre sus mejores recuerdos está la medalla de bronce que ganó en los Juegos Panamericanos Winnipeg 1967 y la presea de plata en los Juegos Iberoamericanos de Madrid 1962. ‘En esos tiempos era casi imposible. Eran muy competitivos’, recuerda. Sobre su marca en salto alto obtuvo el récord sudamericano ocho veces. ‘Fui el primero en Sudamérica en pasar los 2 metros’. Fue en el año 56 y con disciplina lo batió hasta en ocho oportunidades (su mejor marca personal fue 2.10). ‘Eso me valió los laureles deportivos’.
En su memoria también resalta el hecho de haber sido cinco veces campeón bolivariano: ‘Cada cuatro años salen mejores deportistas, pero yo seguía ganando. Esas son las cosas que más tienen impacto sobre mi vida y el deporte nacional. No hay atleta que haya traído tantas medallas a nivel internacional’. Por si fuera poco, nos representó en los Juegos Olímpicos de Tokio 64 y México 68. A estos últimos clasificó junto a su hermano Fernando: ‘Me dio mucho gusto’, recuerda con un tono amable que ya se nos ha hecho familiar de tanto que escuchamos el comercial que protagoniza y que se emite por estos días.
PUBLICIDAD
Salto al presente
Roberto Abugattás recuerda que dejó el deporte por un tiempo muy corto, dos o tres años. Pero retomó. ‘Es un modo de vida. No hay forma de apartarse. Es bueno porque a mi edad sigo haciendo ejercicios que ni los jóvenes lo hacen’. Actualmente, tiene un grupo de cerca de 50 atletas masters con los que entrenaba en la Videna, hasta que tuvo problemas con el acceso y se tuvieron que mudar al polideportivo San Borja.
Hasta antes de su operación, participaba en campeonatos Master de Atletismo. Su marca actual en salto alto es de 1.58 m. ‘A veces me preguntan, ¿dónde estan los 2 metros que saltabas?, y yo les digo, ¿y dónde están los 77 años que ahora tengo? Con el transcurso de los años he visto personas de 50 o 60 años que no saltan ni soga’, dice orgulloso de su gran estado físico.
Sus entrenamientos los combina con su fe. Luego de entrenar 45 minutos (cuando se podía antes de la cuarentena), le dedicaba 10 o 15 minutos más a hablar del espíritu. ‘Hace como 35 años alguien me habló del señor Jesucristo y me pareció que era el Camino, la Verdad y la Vida. Estoy dentro de los caminos de Dios’, señala Roberto, quien también es pastor de adultos mayores y de alabanzas de la Iglesia Bautista Vida Nueva.
Pero este no es el único pasaje desconocido del popular ‘Pacho’. Recuerda que en el año 71 fue vocalista del grupo de rock los Kit-Kats. Junto a Pepe Miranda tuvieron bastante éxito, paseando por la televisión y cantando en cines, junto a exponentes de la época como el Mono Altamirano y el papá de Gian Marco, Joe Danova. Otra. Fue alcalde de La Molina y regidor de la Municipalidad de Lima. Recuerda con cariño lo que pudo hacer por el deporte, pero con desagrado la corrupción que se respiraba dentro: ‘Mi padre siempre me enseñó que recibir dinero malo es una maldición’.
Roberto para los amigos, Pacho para las nietas
Toda esta sorprendente historia de vida llega a colación del famoso comercial de Pacho, el cariñoso abuelo que habla por videollamada con su ‘Atenuski’. Roberto reconoce que su vida ha cambiado con una divertida anécdota. «Hoy en la mañana salí un rato a regar. Y aunque muy pocos autos pasan por aquí por La Planicie, hubo uno que sorbreparó y un chiquito por la ventana le dice a su papá: ¡Mira, ese es Pacho! (ríe). La única que me dice Pacho son mis nietas. A mí me conocen como Roberto», dice, quizá sin saber que el comercial de Entel ya tiene 11 millones de reproducciones en YouTube y que muchos lo identifican con ese sobrenombre.
Roberto tiene tres hijos que viven en Estados Unidos, dos mujeres y un hombre; tiene seis nietos y dos bisnietas. Contrario a lo que se piensa, la niña que aparece en el comercial no es su nieta, sino su bisnieta Atena, a la que de cariño le dice Atenuski. ‘Desde bebe venía a mi casa, y en verano nos bañábamos en la piscina o tocábamos guitarra. Se hizo una relación en esos tres añitos que tiene. Es muy pegada a nosotros, a mi esposa y a mí’.
El comercial salió de la nada, cuenta. Fue su nieta quien lo llamó por teléfono y le preguntó si quería salir en un comercial porque necesitaban un abuelito, y aceptó. A la media hora, ya estaba grabando la llamada su nieta con su hija desde Miraflores y su otra nieta lo grababa desde su casa. ‘Luego me enteré que era un casting. Pasaron dos horas, y me dicen ¡hemos ganado! Al día siguiente, viendo canal 2, escucho mi voz, y fue emocionante’.
¿Cuál es el gancho de comercial? ‘Ha gustado porque es muy tierno y espontáneo. Hasta ahora no han parado los comentarios en redes sociales. Pero cuando se enteraron quién era yo, allí reventó el doble’, cuenta Pacho, perdón, Roberto.
‘Yo soy Roberto’, insiste. ‘Pacho es porque mi nieta mayor no podía pronunciar Roberto. Ella me decía Pacho, y quedó, pero el Pacho es para las nietas’. Sea con el nombre que fuera, el comercial es un buen motivo para no dejar en el olvido a una de nuestros más grandes héroes del deporte.
Por Christian Lengua