El país y el mundo pasan hoy por una de las mayores crisis de salud del siglo XXI. El COVID-19 ha obligado a todos a resguardarse en sus casas y a los negocios masivos como empresas retailers y cines a cerrar sus puertas. Sin embargo, los servicios funerarios, como parte de la categoría de bienes esenciales, continúan funcionando y acompañando a las familias en la pérdida de un ser querido, independientemente de su religión.
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‘En Parque del Recuerdo valoramos nuestra fe católica. Por ello seguimos acompañando a los deudos y llevando a cabo la celebración de exequias con una breve ceremonia en la que se respetarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la salud de nuestros colaboradores y también la de los deudos asistentes al camposanto. A pesar de las penosas circunstancias, la ceremonia que brindamos en nuestros servicios de sepelio, es un evento cálido que brinda a las familias paz y la tranquilidad para poder afrontar esta pérdida», comenta Waldo Sierra, responsable de Parque del Recuerdo.
Cuando se trata de un fallecimiento por otra causa que no sea COVID-19, sí se pueden realizar velorios, pero a puertas cerradas. La ceremonia de sepelio deberá contar con un máximo de 10 personas y durar no más de 30 minutos. También se debe evitar la asistencia de menores de edad, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. En general, durante la cuarentena, solo los mayores de edad podrán ingresar a un camposanto.
‘Los sepelios se siguen atendiendo bajo algunas restricciones que son por la seguridad de nuestra población. Por ejemplo: los asistentes deben portar guantes y mascarillas; se prohíbe el ingreso de niños, embarazadas, personas con enfermedades crónicas y adultos mayores de 60 años; todos los deudos deben mantener un metro de distancia entre sí y no se recibirá el tradicional abrazo de pésame’, afirmó Sierra.
Dependiendo del lugar del fallecimiento, el hospital, clínica o médico de cabecera -si se da en casa- debe emitir un certificado de defunción que indique la identidad del fallecido, hora, fecha y causa de la muerte. La funeraria ingresará este documento y el DNI del occiso ante el Reniec para tramitar el acta de defunción, indispensable antes del entierro o cremación. Solo después de estos trámites se puede llevar a cabo el servicio funerario.
Antes de contratar uno, los deudos deben asegurarse de que este incluya la preparación tanatológica del fallecido y los comprobantes de pago necesarios para realizar la recuperación económica a través del seguro. También tienen que verificar que los mobiliarios ofrecidos (ataúd, capilla ardiente, alfombra, y otros) estén en buenas condiciones. Finalmente, es importante leer cuidadosamente el contrato que describe los elementos ofrecidos.
En caso fallezca un familiar a causa del COVID-19, este no puede ser velado ni tampoco enterrado de forma tradicional. Debe ser cremado en un lapso no mayor a 24 horas. Además, solo dos acompañantes podrán despedirse del cuerpo. Tampoco se podrá tener acceso a la vestimenta o pertenencias del difunto. El Ministerio de Salud se encargará de la cremación y entrega de cenizas a los familiares 24 horas después.
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También se restringen las visitas al cementerio, romerías y otros rituales. Además, el ingreso para trámites administrativos es de manera individual y con el debido control de acceso por parte de la administración del camposanto. Para ello, la central telefónica 618-7070 atiende las 24 horas para consultas o coordinaciones. Como protocolo de seguridad, el camposanto está realizando la desinfección diaria de material de trabajo y oficinas, además de la capacitación permanente en medidas de prevención y salubridad a sus trabajadores.
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