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Jorge Sánchez Herrera – Nómena Arquitectura Arquitecto/Urbanista jorge@nomena-arquitectos.com
‘Si la Semana Santa es para reflexionar, tal vez esta sea la más oportuna de las últimas décadas’, le decía un señor a otro en una caricatura de Andrés Edery aparecida en El Comercio la semana pasada.
El lunes 15 de abril, nos sacudieron las imágenes del incendio en el techo de Notre Dame. La velocidad y voracidad con la que corrió el fuego fue tanta como la de las opiniones. Hubo quienes lamentaron la pérdida de un patrimonio mundial, pero también quienes celebraron la desaparición de un símbolo católico. En menos de 24 horas, mientras algunas empresas y millonarios ofrecieron fortunas para su reconstrucción, el debate sobre si ese dinero podía encontrar algún destino más urgente explotaba en redes. No estuvo exento de polémica el anuncio de un concurso para el rediseño de la torre de la iglesia. ¿Debería reconstruirse según su forma original o, tal como ocurrió con la cúpula del Reichstag en Berlín, es una oportunidad para marcar una intervención de nuestros tiempos?
Pero, aunque las reflexiones sugeridas por Edery hacían también referencia a la impactante muerte de Alan García y al debate surgido a su alrededor, fueron premonitorias para lo que seguiría en la semana. La madrugada del jueves 18 ocurrió un nuevo accidente mortal en un bus interprovincial. Esta vez dejando ocho muertos y decenas de heridos, trágicamente relacionados con la muerte del expresidente y a solo dos semanas de otra tragedia con buses, los 17 muertos en el terminal de Fiori, a las que estamos tristemente acostumbrados. Y el viernes 19, Mesa Redonda volvió a ser escenario de un incendio mayor que nos trajo a la mente la tragedia del 2001, pero también la serie de incendios que parecen ir consumiendo, literalmente, el centro de nuestra ciudad.
Mientras escribo esto llegan las noticias de dos tragedias más. Los atentados en iglesias y hoteles de Sri Lanka, que han dejado 207 muertos y el doble de heridos; así como el alud en Cauca, Colombia, que dejó al menos 14 muertos y varios desaparecidos más.
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Se va una tristemente histórica Semana Santa, con mucho para reflexionar.
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