Después de décadas, el sacerdote dominico Enrique Camacho, quien acompañó en sus recorridos en Chimbote al escritor José María Arguedas, volvió al puerto ancashino que inspiró al literato para su obra ‘Los zorros de arriba y los zorros de abajo’. Y lo hizo para contar detalles inéditos sobre el indigenista.
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El religioso vivió en Chimbote en la década de 1960, en las épocas de bonanza por la producción pesquera, pero también de convulsiones y expansión territorial por la aparición de las primeras invasiones que hoy están convertidas en pueblos y urbanizaciones.
Camacho, de 86 años, participó en la conferencia “El José María Arguedas que conocí’, organizada por la Municipalidad Provincial del Santa con motivo de los 50 años de la desaparición del autor de “Yawar fiesta” (murió el 2 de diciembre de 1969).
Testimonio
Decenas de porteños se dieron cita en el auditorio de la comuna santeña para escuchar el testimonio de uno de los pocos hombres vivos que tuvo la suerte de conocer al también poeta, profesor, antropólogo y etnólogo, natural de la provincia de Andahuaylas, región Apurímac.
Camacho, quien radica en Estados Unidos, conoció a Arguedas en el Sindicato de Pescadores de Chimbote; el escritor lo buscó luego en su vivienda ubicada en Laderas del Norte.
‘He tenido el privilegio de conocerlo [a José María Arguedas]; éramos tan diferentes y odiábamos lo mismo‘, exclamó al recordar la preocupación del escritor por la desigualdad social tan marcada en ese entonces.
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Narró cómo acompañó a José María por distintos barrios de Chimbote, incluso por el cerro San Pedro, lugar que también es mencionado en la emblemática obra del escritor.
‘Él caminó por la avenida Gálvez, [el jirón José] Olaya; lo llevé por el camal […]. Chimbote era una llaga abierta y Arguedas también tenía una llaga abierta que finalmente lo llevó a suicidarse’, expresó.
Bailes y depresión
El religioso recordó cuando le habló del famoso ‘Loco Moncada’, en esa época miembro de la congregación que él dirigía y, sin duda, uno de los personajes más emblemáticos del puerto ancashino.
Este personaje también es mencionado en la obra de Arguedas y destaca por sus famosos discursos en las avenidas de Chimbote, de corte político, social y hasta deportivo.
Camacho hizo hincapié que aun cuando Arguedas manifestó que era ateo, su ideología jamás lo llevó a hacerlo de lado e impedir que lo acompañe en su recorrido para conocer la realidad de las poblaciones más pobres en Chimbote.
‘Él [Arguedas] era como el típico indio: afuera bailes, colores, música y adentro una depresión fuera de serie’, señaló. Tras su disertación, el sacerdote fue ovacionado de pie por los asistentes al evento cultural.
Por su parte, el alcalde provincial del Santa, Roberto Briceño, agradeció la visita del sacerdote a la ciudad de Chimbote y le entregó un recordatorio hecho por artesanos locales.
Agencia Andina
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