El Ejército del Perú demuestra que está preparado para luchar en cualquier frente. La batalla por la lectura los compromete, y aseguran que el arma más poderosa de una nación es la mente de nuestros hijos.
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Leerle a los pequeños no solo promueve la inteligencia emocional, estimula el tejido neuronal fundamental para el desarrollo pleno de todas las inteligencias potenciales, pero esto no está sucediendo.
Mediciones locales e internacionales -prueba Pisa 2015-, muestran que por cada cincuenta adolescentes peruanos, solo tres logran resultados óptimos en pruebas de comprensión lectora. Cinco de cada diez adolescentes fracasan cuando intentan comprender un texto, en consecuencia, no podrán estudiar, serán poco críticos y menos creativos para modificar su realidad económica y social.
Además, esta situación los hace vulnerables a la manipulación por todo tipo de ideologías y creencias.
La campaña social que respalda el ejército, es impulsada por RECREA, una organización que promueve proyectos de desarrollo humano, y que busca crear conciencia en la necesidad de que exista un servicio adecuado de biblioteca pública-escolar en la primera infancia y en la educación básica regular, que cree acceso efectivo al libro y la lectura a nuestos hijos, a sus padres y sus maestros.
El gerente general de RECREA, el escritor Javier Arévalo, promotor del Plan Lector Nacional en el 2006, propone una campaña ciudadana para que el 2021 cada escuela, pública o privada, cuente con el servicio de biblioteca escolar que supere la situación de exclusión del libro y la lectura que hoy viven nuestros niños y adolescentes.
La biblioteca escolar es un servicio fundamental con el que cuentan los sistemas educativos en el mundo desarrollado. Crea la posibilidad material de una práctica lectora placentera que hace posible el gusto por la lectura y el hábito lector, condiciones básicas para la agudización de la capacidad natural de comprender no solo el libro que leemos sino el mundo en el que vivimos.
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‘Si un niño peruano quiere leer -comenta Arévalo-, hoy nuestro país le dice: pídele a tu madre o a tu padre que te compre un libro. Sociedades diversas como la canadiense o la japonesa, la francesa o la norteamericana, le responden a sus niños: si deseas leer, ve a tu biblioteca y lee lo que quieras. En todo país con ciudadanos capaces de estudiar de aprender, de innovar, de crear riqueza, ha comprobado que sin bibliotecas no hay lectores.’
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