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Jorge Sánchez Herrera – Nómena ArquitecturaArquitecto/Urbanista jorge@nomena-arquitectos.com
De vez en cuando leo noticias sobre los terrenos más codiciados de la ciudad. Por su extensión y privilegiada ubicación, muchos de los grandes colegios de Lima suelen ocupar los primeros lugares de estas listas. De hecho, ya la presión inmobiliaria ha hecho que muchos colegios se muden a sedes menos céntricas.
Si bien creo que es fundamental mantener estos terrenos con sus actuales usos, también creo que un cambio de enfoque en su gestión podría restarles un poco de presión inmobiliaria. En algunos colegios públicos que estamos diseñando en Colombia, la Secretaría de Educación de Bogotá hace mucho énfasis en el rol del edificio como equipamiento comunitario. Así, los colegios suelen incluir siempre un auditorio, una biblioteca, una losa deportiva y un comedor que no solo atienden a la población estudiantil sino a la comunidad, en distintos horarios claro. El desafío, además de la parte administrativa, implica un diseño que maneje accesos diferenciados para que el edificio pueda cumplir ambos roles (colegio y centro comunitario).
Pienso en estos esquemas cada vez que se imaginan proyectos inmobiliarios sobre los terrenos de colegios emblemáticos como el Alfonso Ugarte o Melitón Carvajal. Espacios que podrían mantener sin problemas su uso principal pero que podrían aprovechar sus instalaciones actuales y, sobre todo, las nuevas que les podrían añadir, para convertirse en verdaderos centros comunitarios. Así, por ejemplo, el alquiler de un comedor como sala de usos múltiples para eventos, de una sala de teatro para conciertos u obras, de sus piscinas para clases o entrenamientos, o de sus canchas para partidos oficiales, podrían generar una renta importante que ayudaría a mantenerlos en óptimas condiciones, sin depender del siempre escaso presupuesto del Estado. Además, harían que la comunidad se ‘apropie’ de los edificios, contraviniendo aquellas ideas que quieren convertirlos en algún conjunto residencial o centro empresarial más.
Como sostuve la semana pasada en mi columna ‘Subsidios Cruzados en la Arquitectura’, en ciudades en crecimiento donde el suelo es cada vez más escaso y valioso, es muy importante pensar ‘fuera de la caja’ para poder sacar el máximo provecho la mayor parte del tiempo, de toda la infraestructura que construyamos.
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