Leer es un viaje inacabable por el mundo de alguien más, con suspenso, acción, romance, ficción, fantasía. Es un viaje al pasado, al futuro, es vivir una vida paralela.
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Paloma es una niña soñadora, una pequeña que viaja por el Perú, por costa, sierra y selva, y que en este viaje lleva un mensaje a decenas de niños y niñas del país: el mensaje de viajar con un libro.
Yenny Delgado, viajera, lectora empedernida, activista y escritora, publicó en el 2015 Las aventuras de Paloma, la historia de una niña que sueña con conocer el mundo y empieza viajando por el Perú. En un viaje a Piura hace unos cinco años, conversando con escolares descubrió que muchos amaban leer; pero que no tenían acceso a libros, que a falta de biblioteca escolar, solo podían leer el periódico. Esto le estruja el corazón lector y la motiva a arrancar la aventura.
Mientras tanto, el Proyecto Mochila Perú, de Umbrella Initiatives Foundation (UIF), busca reforzar la educación por medio del juego, el arte y la música en niños y niñas de cuatro a 13 años en nuestro país. Lo hace a través de talleres en matemáticas, lectura y escritura, etc.
Yenny nos cuenta que en la primera edición de Las aventuras de Paloma se imprimieron 2.000 ejemplares. ‘Decidí donar el 60% de los cuentos al Proyecto Mochila Perú; con el 40% restante, he viajado por Lima, Cusco, Lambayeque e Iquitos, haciendo cuentacuentos en escuelas, centro comunales y casas hogares para niños y niñas en abandono’.
La unión entre Las aventuras de Paloma y UIF ha llegado a 70 escuelas en las que se ha desarrollado el proyecto Súper Lectoras. La meta para este 2019 es sumar 30 espacios más. No solo se llevan cuentos a los escolares, sino que se generan actividades, dinámicas, análisis, juegos y diálogos con los participantes.
¿Has notado que el nombre del proyecto (Súper Lectoras) va en femenino y su objetivo son tanto niñas como niños? Bueno, se hizo con la intención de empoderar a las niñas a leer a través del personaje de una niña. ‘Sabemos que el proyecto llama la atención por el nombre, y que salta la pregunta: ¿y los niños? Pues también es para ellos. Y de manera natural los niños aceptan lo femenino del nombre sin ningún reparo’, explica Yenny.
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