El Ministerio de Educación (Minedu) informó ayer que entre setiembre del 2013 y diciembre del 2018 se reportaron 26.284 casos de violencia escolar a nivel nacional.
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‘Para romper con ese círculo de violencia necesitamos el compromiso del director regional de Educación, de los directores de las UGEL, de todos los colaboradores y docentes y de todas las instituciones, para atender el proceso sanador con atención oportuna, efectiva, pero sobre todo, reparadora’, afirmó ayer el ministro de Educación, Daniel Alfaro, desde Cajamarca.
Entre estos casos, 13.837 implicaron violencia física; 10.969 fueron de violencia verbal; 9.496 de violencia psicológica; y 3.547 de violencia sexual. Incluso en 194 casos se denunció el uso de un arma (cada caso puede involucrar más de un solo tipo de violencia).
Ante esta situación, Alfaro exhortó a reportar cualquier caso en la plataforma SíseVe del Minedu (www.siseve.pe/) o en la línea gratuita 0800-13687. Los padres de familia también pueden solicitar orientación en ese mismo número telefónico.
‘Los padres suelen preocuparse mucho por los textos escolares y la infraestructura del colegio; pero también deberían asegurarse de que su hijo esté estudiando en un ambiente de convivencia sin violencia’, explica Matilde Cobeña, adjunta para los Derechos de la Mujer de la Defensoría del Pueblo.
El acoso escolar es un tema muy delicado y puede enfocarse en estudiantes LGTBI, en menores con discapacidad o en alumnas. Un caso de bullying, si no es corregido, puede convertirse incluso en violencia sexual.
‘La escuela tiene que estar organizada para atender estos casos de violencia entre estudiantes o de docentes hacia sus estudiantes. Para eso hay una normatividad precisa’, recuerda Cobeña.
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Así, la especialista recomienda a los padres solicitar al director del colegio un plan de convivencia escolar, en el que se detalle cómo se tratarán estos lamentables casos. ‘El acoso escolar o bullying implica una conducta de hostigamiento, falta de respeto o maltrato verbal o físico que recibe un estudiante de manera constante’, explica Cobeña.
Este abuso puede generar en la víctima inseguridad, bajo rendimiento escolar, desconfianza, abandono de la escuela o, en casos extremos, incluso un suicidio. ‘Lo primero que debe hacer un alumno acosado es contarle lo que pasa al profesor, tutor o director del colegio. Si no tiene confianza con ninguno de ellos, su padre o madre puede ir a denunciar el hecho al colegio o la UGEL correspondiente’.
Si la institución no soluciona el problema, el padre de familia o el propio alumno puede acudir a la Defensoría del Pueblo o hacer su denuncia a través del teléfono 0800-15170.
‘Una burla, poner apodos o los jaloneos no pueden ser tomados como un juego de niños. No naturalicemos la violencia ni seamos indiferentes. Los niños tienen derecho a una escuela sin violencia’, finaliza Cobeña.
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