PUBLICIDAD
Jorge Sánchez Herrera – Nómena ArquitecturaArquitecto/Urbanista jorge@nomena-arquitectos.com
Hace algunos años, en las secciones de economía de la prensa, resultaba común escuchar a inversionistas del negocio inmobiliario cantando al unísono: ‘El gran problema es que en Lima no hay terrenos’. A la par, y asumo que por coincidencia, durante la pasada campaña presidencial, el entonces vocero Carlos Bruce sostenía: ‘PPK creará ‘ciudades satélite’ para cubrir el déficit de viviendas’.
En una entrevista del 2016, con Semana Económica, decía nuestro hoy ministro de Vivienda: ‘Buscamos generar suelo urbano (…) A manera de ejemplo construiremos dos ciudades satélites (…) Serán ciudades alejadas de la capital, pero conectadas por este tren (el de cercanías Ica-Barranca). (…) Las ciudades tendrán amplias zonas verdes, recreativas, de educación, comerciales. (…) Estas ciudades satélite serán presentadas como modelos de lo que se quiere hacer para que después, por iniciativa privada, se puedan generar muchas más ciudades satélite de ese tipo’.
La semana pasada critiqué la irracionalidad de construir la Nueva Ciudad de Olmos por la extrema complejidad, costo y poquísimas chances de éxito que tiene el construir una nueva ciudad, más aún cuando existe la posibilidad de potenciar una red de ciudades cercanas ya existentes. La semana pasada, en su columna de El Comercio, Iván Alonso ponía el dedo sobre el mencionado tren: ‘El hecho de que haya, como dice el gobierno, ‘muchos interesados’ no debe llevarnos al engaño. Los inversionistas están pensando en su propia rentabilidad (…) No toda la infraestructura que es buena para los inversionistas es también buena para el país’. ¿Serán los mismos inversionistas que cantaban al unísono?
Otros medios como el blog Lugares Comunes también han sido críticos con el proceso de suburbanización del desierto de Lima que subyace al proyecto del tren. ‘Se suele vender como un proyecto de transporte, que va a contribuir a “solucionar los problemas de transporte de Lima”, pero el proyecto no tiene nada que ver con eso. Su principal impacto no va a ser en transporte sino en desarrollo inmobiliario’.
No se equivoquen, Lima tiene millones de metros cuadrados por desarrollar dentro de su área metropolitana. En terrenos vacíos, pero sobre todo en terrenos subutilizados que deben pasar por procesos de reconversión y cambio de uso, como fábricas y talleres, por ejemplo. El problema es que eso cuesta más trabajo y es menos rentable que especular con el valor de un terreno que con el tiempo aumentará de valor a través de los servicios de ‘habilitación’ de los que luego debe encargarse el Estado: agua, desagüe, energía, pistas, transporte (trenes), etc.
PUBLICIDAD
El problema también, como ya he mencionado en dos columnas anteriores (Plusvalías Urbanas y Mejor Demolemos), es que en Lima existen muy pocos incentivos para la regeneración urbana. Es mejor esperar y generar la falsa sensación de que en Lima no hay terrenos, mientras los privados se llenan los bolsillos producto de toda la plusvalía generada por el mismo sonso de siempre: nosotros los contribuyentes.
MÁS NOTICIAS…
Noticias de Actualidad, Entretenimiento y Deportes
No dejes de seguir a Publimetro en Facebook
[pub][ooyala.xxM2N0YjE6-1Re3LjazwZNx1mZy-R6jT]