’Un bosque de mujeres’, por Zoë Massey | AGENTE DE CAMBIO

En la comunidad awajún de Shampuyacu, en San Martín, se desarrolla un proyecto pionero de empoderamiento femenino, conservación de plantas medicinales y lucha contra la deforestación. Conozcamos a las “nuwas”.

POR ZOË MASSEY – Fotógrafa – @ZoePix

En la zona del Alto Mayo, en la región de San Martín, los awajún han visto cómo se ha perdido la cuarta parte de sus bosques en las últimas dos décadas, con sus zonas de caza silvestre, pesca y plantaciones nativas, muy importantes para ellos. ¿El motivo? Esos terrenos son ahora usados para la siembra masiva de café y arroz.

A hora y media de Moyobamba se encuentra la Comunidad Nativa Shampuyacu, el corazón de un territorio de 148 mil hectáreas, habitado por 14 comunidades awajún que, en un acto de resistencia y lucha contra la deforestación, se han unido para proteger el bosque, conscientes de que la protección de estos, protege también su cultura y tradición.

Es aquí donde se forma El Bosque de las Nuwas, un lugar de conservación sostenido por mujeres awajún. Ellas hoy cultivan la tierra, cosa que antes no hacían. Se dedican a este Santuario de Sabiduría Medicinal, donde crecen más de 100 especies de plantas, todas con propiedades curativas. Con ellas se puede curar desde la picadura de un insecto, hasta prevenir el embarazo, pasando por males estomacales, rupturas de huesos, resfriados. Todo directo de la tierra para el cuerpo.

El Bosque de las Nuwas (nuwa es ‘mujer’ en awajún) es un espacio de integración de las mujeres de la comunidad nativa de Shampuyacu, y de conexión con su bosque, su cultura y con ellas mismas. Esta comunidad llegó a perder más del 90% de sus bosques y junto con sus árboles se fueron valiosos conocimientos ancestrales sobre el manejo y uso tradicional de sus plantas medicinales. En asamblea comunal, entonces, las mujeres solicitaron administrar 10 hectáreas del bosque comunal de las 600 que aproximadamente le quedaban a la comunidad, para poder rescatar sus conocimientos tradicionales acerca del uso de sus plantas medicinales, revalorando así su cultura y transmitiendo estos saberes a sus hijos. En este espacio, cada una cuenta con una parcela donde se dedican a rescatar y reforestar las diferentes especies de plantas que ancestralmente han utilizado para curar y aliviar diferentes malestares.

Con apoyo de Conservacion Internacional, estas mujeres no solo se han hecho de un espacio que trabajar, se han vuelto independientes económicamente y fuertes como comunidad; también tienen claras sus metas. A corto plazo, se proyecta el lanzamiento de infusiones Nuwa el próximo año (podrás encontrarlas de jengibre, aguaymanto y canela nativa, así como de cascarilla de café, stevia y vainilla), mejorar sus capacidades organizacionales y administrativas, fomentar un mayor flujo de visitantes al Bosque de las Nuwas que contribuya a incrementar sus ingresos (ellas también hacen artesanías preciosas) y una meta muy importante: la reducción de la deforestación dentro de la comunidad en un 50%.

A largo plazo, se plantean la transformación de la yuca en un producto de valor agregado que pueda comercializarse a un mejor precio (70.000 plantones de yuca ya han sido instalados en la comunidad), mayor equidad entre hombres y mujeres dentro de la comunidad, generar un modelo que pueda ser replicado en otras comunidades nativas awajún del Alto Mayo, crear mayor conciencia y valoración de sus biodiversidad y recursos naturales, y por supuesto mejorar la calidad de vida y transmitir la valoración de la identidad y cultura awajún.

Mujeres que no solo vieron su espacio, cultura y tradición en riesgo de desaparecer, sino que tomaron las riendas para evitarlo. Mujeres que encuentran y alzan su voz, y que ya no hay quien las calle.

70 nuwas (más del 50% de las mujeres de la comunidad) se han organizado en 10 grupos para recibir y atender grupos de turistas que quieren visitar el bosque natural y conocer las prácticas culturales awajún.

Entrevista

Claudio Schneider, director técnico senior de Conservación Internacional Perú

¿Cuál es la importancia de este proyecto?

Para empezar es el primer emprendimiento turístico liderado por mujeres de la Amazonía. Este empoderamiento de la mujer awajún les brinda oportunidades para generar ingresos a partir de un manejo sostenible de sus recursos naturales, que incluyen más de 36 variedades de yuca identificadas, semillas como insumo para elaboración de artesanías, y jornales por el manejo de sus plantas medicinales a través de las mingas para el mantenimiento de sus parcelas. Así, las nuwas se han ido generando un espacio dentro de la comunidad y tienen mayor visibilidad; ahora sí tienen voz en las asambleas comunales durante el proceso de toma de decisiones.

¿Qué apoyo recibe esta gran iniciativa?

En el 2013, Conservación Internacional ingresó a trabajar en Shampuyacu para restaurar las laderas ribereñas de la comunidad. Durante este proceso, en el que también elaboraron su plan de vida, se identifica como prioridad trabajar sistemas agroforestales de café. No se contemplaba la participación de la mujer, pero ellas se interesaron por trabajar en el rescate y reforestación de sus plantas medicinales. A modo de generar igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, Conservación Internacional dedicó fondos para para explorar la oportunidad de que estas también generen ingresos. Se identificó a un socio estratégico, Laboratorio Takiwasi, para transformar las plantas medicinales en infusiones aromáticas que contribuyan a aliviar diferentes malestares.

¿Cómo va el empoderamiento de la mujer indígena?

Es un proceso largo. Aún no es una realidad, pero se continúa trabajando porque existen muchos desafíos. Hay que hacer un trabajo constante también con los hombres para combatir un machismo que está muy arraigado en la cultura. Hay organizaciones que ya existen y que permiten visibilizar a la mujer indígena, cosa que antes no había. En estos espacios, como los que brindan ONAMIAP (Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú) o el Programa Mujer de AIDESEP (Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana), ellas puedan compartir sus aprendizajes y conocimientos; generando espacios seguros y de confianza donde pueden recrear su identidad.

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