Una planta fotovoltaica con tecnología y equipos provenientes de China está próxima a concluirse en la localidad argentina de Cafayate, en la provincia de Salta (noroeste), con capacidad para abastecer a unas 300.000 familias.
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Aunque la planta está en funcionamiento desde junio pasado, su terminación completa está programada para fines de este año, convirtiéndose así en el segundo parque solar más grande de Argentina, después del de Cauchari, en la provincia de Jujuy (noroeste), el más grande de Sudamérica.
El parque solar Cafayate, ubicado a unos 1.400 kilómetros de Buenos Aires, es un proyecto dirigido por la empresa china Powerchina Ltd. que busca, dentro de su enfoque social, aportar al suministro eléctrico de familias del noroeste argentino que tuvieran un escaso servicio debido a las condiciones geográficas de la región.
Además, tiene como otro de sus objetivos servir de soporte a otras centrales eléctricas para favorecer la actividad industrial en la zona.
Con al menos 290.000 paneles solares distribuidos en 180 hectáreas, el parque solar Cafayate tendrá una capacidad de generación de 100 megavatios (MW), potencialmente dirigidos al uso doméstico, favoreciendo así a unos 300.000 hogares, o compartiendo esta potencia con el sector productivo regional.
Durante un recorrido de Xinhua por las instalaciones, el superintendente de Medioambiente de POWERCHINA, Sebastián Lozano, dijo que la tecnología proveniente de China es «tecnología de vanguardia».
Destacó que esta, además de contribuir con un mayor abastecimiento eléctrico, afianza los proyectos de desarrollo de energías renovables en el país sudamericano.
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«Entonces traer la energía de lugares tan alejados es muy difícil, muy costoso y lógicamente genera esa deficiencia de abastecimiento energético», agregó.
El superintendente destacó que uno de los beneficios del proyecto es que «se trata de una producción y generación de energía eléctrica muy limpia».
«En primera instancia, porque se requiere de muy poca intervención para la generación como (requieren) las termoeléctricas e hidroeléctricas. Además el mantenimiento que requiere es muy sencillo», explicó.
Por su parte, el responsable del proyecto, Eduardo Dequi, dijo que los paneles de uno por dos metros de largo operarán mínimo 10 horas diarias para aprovechar la luz solar, mientras que todo el parque tendrá un período de vida útil de entre 25 y 30 años.
Dequi acotó que la tecnología china está más presente en el área de los inversores y transformadores, dado que los paneles reciben la corriente continua que brinda la radiación ultravioleta para transportarla y luego convertirla en corriente alterna.
La construcción del parque solar se inició en septiembre del 2018, y actualmente se encuentra en su última fase, en la que se prevé una entrega definitiva del proyecto hacia fines de este 2019.
La obra ha generado un total de 3.000 empleos y se espera que una vez concluido el proyecto participen en este una veintena de personas, principalmente técnicos y profesionales del sector.
China también participa en la construcción de otras plantas de energías limpias en Argentina, como la planta fotovoltaica Cauchari y cuatro parques eólicos en el sudeste patagónico, específicamente en la provincia de Chubut (sur).
A través de la Ley 27191, Argentina se ha planteado el objetivo de que el 8 por ciento de la provisión de energía nacional tenga como origen fuentes renovables y limpias, propósito al que ha contribuido POWERCHINA Ltd.
Lozano se dijo convencido de que «el futuro de la producción de energía se está desarrollando en el aprovechamiento de los recursos naturales con la menor contaminación posible».
Fuente Xinhua
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