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Lagos. Con 200 millones de habitantes y la emergencia de la clase media, la demanda de proteína animal en **Nigeria **se ha disparado, convirtiéndose en un desafío colosal para alimentar a una población cada vez más numerosa con una producción local insuficiente.
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“A día de hoy, Nigeria es incapaz de producir suficiente carne y leche para responder a las necesidades de la población”, explicó Jimmy Smith, director general del Instituto de Investigación Internacional sobre Ganadería (ILRI), con sede en Nairobi.
Se calcula que en África Occidental, uno de cada dos consumidores de carne de res es nigeriano. La primera economía del continente, en pleno boom demográfico, consume 360.000 toneladas de ternera al año. Una media todavía relativamente baja, pero que debería cuadruplicarse para 2050.
Pese a un ganado nacional considerable, cerca del 30% de los animales abatidos en **Nigeria **se venderían en el extranjero.
El ganado proviene de toda la región, desde Malí o Níger hasta Camerún, pasando por Chad. A menudo, los animales han recorrido cientos de kilómetros a pie antes de llegar a los mercados transfronterizos, como el de Illela, un cruce comercial entre Níger y Nigeria.
Desde allí, las bestias suelen terminar su viaje por carretera. Los remolques se van relevando para cargar miles de vacas, corderos y cabras destinados a los restaurantes y carnicerías de las grandes ciudades como Lagos, capital económica de Nigeria.
“Es muy probable que en el futuro, las importaciones sigan representando una parte significativa de la alimentación de origen animal”, agregó Smith.
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A escala de África, dentro de 30 años habrá unos 2.500 millones de habitantes, mientras que los ingresos medios deberían seguir aumentando. Esto significa que, por primera vez, millones de personas podrán diversificar su alimentación y consumir carne con regularidad.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé un aumento del 200% del consumo de la carne de ternera y cerdo entre 2015 y 2050, y del 211% para el consumo de la carne de ave en África.
Pero el inmenso potencial que representa el mercado de la carne tendrá que enfrentar numerosos desafíos.
Como en la mayoría de los países africanos, la filial de la carne en **Nigeria **bebe principalmente del pastoreo, un sistema de ganadería tradicional que se percibe como poco productivo, y que los pastores trashumantes fulani, shuwa o kanuri llevan practicando desde hace siglos.
Con cada estación seca, los ganaderos descienden desde las zonas del Sahel, áridas, en busca de agua y de pastos para sus animales hacia las llanuras fértiles del centro y del Sur.
— Infrafinanciación y negligencia —
Pero, desde principios del siglo XX, la sequía, la urbanización galopante y la expansión de las superficies agrícolas obstaculizan su movilidad y generan conflictos a veces sangrientos entre los ganaderos y los campesinos sedentarios.
En Nigeria, estos conflictos han dejado 7.000 muertos en cinco años y habrían costado 13.000 millones de dólares anuales a la economía nacional, según un informe de la oenegé Mercy Corps publicado en mayo.
Estos problemas agravan la situación de un sector lastrado por años de negligencia y de infrafinanciación, tanto en el caso de la ganadería como en el de la transformación de la carne y de los productos lácteos, todavía en estado embrionario.
“No se ha hecho nada para crear las reservas de pastoreo previstas por la ley desde los años 1960, la mayoría de esas tierras fueron vendidas a los agricultores y se están cultivando”, asegura Ibrahim Abdullahi, secretario general nacional del Gafdan, el sindicato de ganaderos.
“El gobierno ha marginado sistemáticamente la ganadería en beneficio de la agricultura. Algunos Estados [nigerianos] reciben menos del 2% de su presupuesto”.
Como consecuencia, los ganaderos se encuentran aislados, lejos de los circuitos de comercialización de la carne, mientras que muchos mercados y mataderos, al aire libre, no cumplen con las condiciones sanitarias más básicas (los hay sin agua corriente o sin establos para los animales o cámaras frías).
En cambio, otros países como Sudáfrica, que en la actualidad produce casi un millón de toneladas de ternera al año, invirtieron en sistemas de ganadería intensiva y de transformación industrial.
Pero Jimmy Smith, del ILRI, considera que la ganadería trashumante, de la que dependen millones de pequeños ganaderos y comerciantes, puede ser un modelo productivo.
“El pastoreo es un sistema muy eficaz si consideramos que demanda muy poca inversión respecto a lo que permite colectar. La mayoría de la carne en África todavía proviene de este sistema. Bastaría con modernizarlo”, sostiene.
“Por ejemplo, podríamos desarrollar la producción de plantas forrajeras y de cereales para la alimentación animal” y así abastecer a los mercados del Norte, donde se encuentran los ganados, sugiere el especialista. “De esta manera, un animal que produce dos litros diarios podría producir diez”.
Fuente: AFP