Gaza. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, regresa este martes a su país de manera precipitada, desde Washington, en medio de un alto al fuera anunciado por el movimiento islamista Hamas para poner fin a una peligrosa escalada en Gaza.
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Las fuerzas de Israel y los grupos armados palestinos continuaron las hostilidades iniciadas el lunes por la noche hasta las primeras horas del martes, a pesar del anuncio del alto el fuego.
Las hostilidades comenzaron luego de que un cohete disparado desde el sur de la** Franja de Gaza** impactara en una casa al norte de Tel Aviv, provocando heridas a siete personas, el domingo por la noche.
En respuesta, los aviones, helicópteros y tanques israelíes abrieron fuego, según los militares israelíes, contra decenas de objetivos en el territorio bajo bloqueo israelí, enclavado entre Israel, Egipto y el Mediterráneo.
Los palestinos dispararon por su parte decenas de cohetes y obuses de mortero en dirección del territorio israelí, constató AFP en Gaza.
Siete palestinos resultaron heridos por los ataques de Israel, según los servicios de rescate.
Al amanecer la situación retornó a la calma.
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Esta nueva escalada de violencia en Gaza elevó nuevamente el temor a que se lance una nueva guerra entre Hamas e Israel, que ya se libraron tres guerras desde 2007.
Las fuerzas de Israel dejaron en ruinas la oficina de Ismail Haniyeh, el líder de Hamas, y destruyeron totalmente dos edificios de varias plantas en donde están los servicios de inteligencia y de actividades militares del movimiento islamista, según los militares israelíes.
“Una guerra es posible” En el territorio palestino, diezmado por las guerras, la pobreza y el bloqueo israelí y egipcio, así como en las localidades israelíes cercanas al enclave acostumbradas a las alertas y las corridas hacia los refugios, todos se preguntan qué esperar.
“Una guerra es posible”, dice a AFP Esmat Bekheet, al igual que otros habitantes de Gaza. “Temo una escalada”, dice Hazem Mattar.
Del otro lado de la valla de seguridad israelí, de varios metros de altura que circunda Gaza, un habitante de Sderot, en donde una vivienda fue dañada por las hostilidades de la noche, acusa a los dirigentes de dejar a los habitantes y de sólo preocuparse de la situación gazatí cuando un cohete cae cerca de Tel Aviv.
“Los (cohetes palestinos) Qasam, ¿qué son para usted? Nada, cacahuetes. 80% de la gente aquí vive con angustia. Está terminado para ellos”, se lamenta Yossi Timsi.
Hamas anunció el lunes por la noche un alto el fuego entre Israel y los grupos combatientes palestinos, concluido por mediación de los egipcios.
De momento, Israel no confirmó ningún cese de las hostilidades.
Las escuelas permanecieron cerradas el martes en algunas localidades israelíes cerca de Gaza. Las autoridades limitaron las reuniones públicas. Las escuelas, bancos y oficinas gubernamentales no abrieron en la Franja de Gaza.
Netanyahu no dio ninguna señal clara sobre los próximos pasos cuando subió al avión para regresar a Israel desde Washington. “Respondimos de manera enérgica”, se limitó a declarar al pie del avión.
Netanyahu advirtió a Hamas que estaba dispuesto a ordenar una ofensiva terrestre de alto riesgo en el enclave si es necesario.
La visita de Netanyahu a Estados Unidos, en donde se reunió con su gran aliado, el presidente estadounidense Donald Trump, estuvo pensada para reforzar el perfil de liderazgo del primer ministro, de cara a las elecciones legislativas del 9 de abril.
Netanyahu se quejó de que la prensa diera más importancia a la situación en Gaza que al nuevo anuncio de Trump: la oficialización del reconocimiento por Washington de la soberanía israelí en la parte del Golán sirio anexado por Israel. Esto a pesar de la reprobación que provocó el anuncio en el extranjero, que marca una nueva ruptura de Trump a favor de Israel, a contracorriente con el consenso internacional.
Los comentaristas políticos observaron la delicada situación en la que las violencias en Gaza colocan a Netanyahu, que llegó por la tarde a Israel.
Fuente: AFP
