El síndrome de Tourette, un trastorno neurológico, caracterizado por movimientos involuntarios y sonidos repetitivos llamados tics. Las personas que lo tienen a menudo, viven cada día con el desafío de tener que explicar a otros su condición, porque temen que se asusten, a su vez esto puede generar en ellos vergüenza y malentendidos.
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Recientemente, un video viral mostró un encuentro inesperado y humorístico entre una conductora de Uber que tiene el síndrome de Tourette y un pasajero que fingió tenerlo para que ella no se incomodara.
Al notar el tic en ella, el hombre comenzó con otro tic, y ella sigue con otro. Enseguida él le preguntó: “Dios, ¿Tú también tienes Tourette?”, ella contestó con otra pregunta: “¿Oh Dios mío, tú tienes Tourette?” y él respondió que sí. Desde ese momento, todo el viaje fue con ambos sincronizando frases y tics sin parar, tampoco paraban de reírse, convirtiendo lo que podría haber sido una experiencia incómoda para ella, en un tiempo de conexión genuina.
Este episodio revela un aspecto más ligero y humano del síndrome de Tourette, mostrando que, en lugar de ser un motivo de incomodidad, puede ser un terreno común que une a las personas de manera inesperada. La aceptación mutua y la conexión se destacan como elementos clave, desafiando estereotipos y fomentando la comprensión.
Ejemplo de empatía
Más allá del tono humorístico, el video también destaca la importancia de la empatía en la interacción con personas que tienen condiciones neurológicas o de salud mental. El acto del pasajero, aunque inicialmente ficticio, refleja un deseo genuino de reconfortar y comprender la experiencia de la conductora.
La viralidad de este encuentro sugiere un creciente interés y apertura hacia la comprensión de trastornos neurológicos, así como la normalización de experiencias que pueden diferir de la norma.
Este video se hizo viral a través de distintas cuentas en diversas redes, no solo proporciona entretenimiento, sino que también sirve como un recordatorio poderoso de que la conexión humana puede prevalecer a través de las diferencias, y que la risa puede ser una herramienta valiosa para construir puentes de comprensión.
Cabe destacar que el síndrome de Tourette generalmente se manifiesta en la infancia o adolescencia y puede variar en intensidad a lo largo del tiempo. Aunque no tiene cura, existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.