En la búsqueda del codiciado objetivo de la inteligencia general artificial (AGI), la reciente investigación liderada por Yann LeCun, el principal científico en inteligencia artificial de Meta, arroja resultados sorprendentes. Contrario a las expectativas y a la creciente especulación sobre el advenimiento de AGI, LeCun sostiene en un documento reciente que la inteligencia artificial actual está lejos de alcanzar la sofisticación cognitiva de los humanos.
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El estudio, coescrito por científicos de diversas empresas emergentes de IA, como Hugging Face y AutoGPT, se enfocó en evaluar el razonamiento de propósito general de la IA en comparación con el del ser humano promedio. Para medir esto, diseñaron preguntas “conceptualmente simples para los humanos pero desafiantes para la mayoría de las IA avanzadas”.
La prueba que demuestra la verdadera inteligencia de las IA
Estas preguntas, destinadas a evaluar habilidades como razonamiento, manejo multimodal y navegación web, fueron administradas tanto a humanos como a una versión equipada con complementos de GPT-4, el último modelo de lenguaje de OpenAI.
Los resultados revelan que, a pesar de los avances en tareas difíciles para los humanos, los modelos de lenguajes grandes (LLM) generalmente se desempeñaron por debajo de las expectativas en problemas del mundo real. Incluso con herramientas adicionales, GPT-4 logró apenas un 30% de éxito en las tareas más sencillas y un 0% en las más desafiantes, mientras que los humanos alcanzaron un impresionante 92% de éxito promedio.
LeCun, distanciándose de visiones más optimistas sobre AGI, ha expresado sus reservas respecto a las capacidades actuales de la inteligencia artificial. En sus recientes tuits, criticó la falta de modelos internos del mundo en los sistemas de IA, necesarios para prever las consecuencias de las acciones y permitir el razonamiento y la planificación.
La verdadera “inteligencia” artificial está bastante lejos
Según LeCun, los actuales modelos autorregresivos carecen de estas capacidades, ubicándolos por debajo incluso de la inteligencia a nivel felino. El estudio concluye sugiriendo que el surgimiento de AGI dependerá de la capacidad de un sistema para exhibir una robustez similar a la del ser humano promedio frente a preguntas del mundo real.
Estos hallazgos desafían las expectativas previas y plantean dudas sobre la proximidad de la IA al logro de la inteligencia general artificial. Este estudio cambia la narrativa sobre el futuro de la inteligencia artificial, recordando que, aunque avanza, aún tiene importantes obstáculos que superar antes de alcanzar las cotas de brillantez que se anticipaban.
