¡No falla! El ajo no solo es uno de los vegetales más usados en la cocina por su rico toque de picante, si no que como medicina es excepcional. Sus propiedades terapéuticas son inagotables: es expectorante, antiespasmódico, antiséptico y antimicrobiano.
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Las personas lo utilizan a modo de prevención de algunas enfermedades y también para tratarlas. En ambos casos no decepciona, al contrario, ni siquiera su fuerte sabor ha impedido que cada vez más recurran a sus poderes curativos. Acá te dejamos tres populares remedios con ajo.
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Para la gripe
El ajo es ideal para combatir el catarro, la tos y hasta el malestar general. Esto no quiere decir que sustituye el tratamiento recetado por un médico, pero sí podría complementarlo para una recuperación mucho más rápida.
La forma de tomarlo es muy fácil, solo tienes que congelar pequeños dientes de ajo (si son muy grandes cortarlos). Antes de dormir ingiere uno como si fuese una pastilla y verás los mágicos resultados de la alicina, el compuesto encargado de luchar contra las bacterias.
Para la tos
Si el resfriado va más allá de malestar corporal e incluye tos, el siguiente remedio será la solución para depurar el organismo y también los pulmones con su efecto expectorante. Lo ideal es consumir el remedio lo más fresco posible para aprovechar sus beneficios.
Solo necesitas 1 diente de ajo machacado, 2 cucharadas de miel y 2 de aceite de oliva. Luego mezcla todo y toma una cucharada.
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Para las varices
El ajo tiene el poder de aliviar el dolor de las varices al promover la circulación. Adicionalmente ayuda a reducir la presión arterial.
Solo necesitas 6 dientes de ajo en láminas, 2 cucharadas de aceite de oliva y un chorrito de jugo de limón. Introduce todos los ingredientes en un recipiente de vidrio preferiblemente y luego déjalo reposar por medio día.
Posteriormente aplícalo como crema en las zonas más afectadas con varices para aliviar la molestia y desinflamar.
