Es cierto que la apariencia no es todo, pero también es verdad que la manera cómo nos vemos, dice mucho de nuestro equilibrio saludable y puede ayudarnos como primera impresión para nuevas oportunidades.
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Tomando en cuenta la premisa anterior, en Brasil, un estilista se ha vuelto famoso porque ayuda a personas indigentes, regalándoles un nuevo look. El especialista transforma la imagen de la gente en pobreza extrema, algo que él califica como su “proyecto social, transformando vidas”.
“Rescatamos a personas sin hogar para una transformación, devolviéndoles su dignidad”, es la forma en la que se presenta el estilista en su perfil de Instagram @leandromatias1984.
El hombre publica las historias y la transformación de sus protagonistas en sus redes. Una de estas, es la de Bruno Henrique Cassimiro Ramos, de 33 años, a quien conoció en Votorantim. El hombre pedía dinero e increíblemente, es un profesional técnico computarizado en iluminación.
Antes y después
“Este es Bruno de 33 años, es de Goiânia y vive en las calles de Votorantim..... Chico educado y profesional, es técnico de iluminación computarizado... Si alguien puede ayudar con un empleo para él en esta área... y también necesita donaciones de ropa camisa (M) pantalones (38) zapatos (41). Les doy las gracias de antemano”, publicó Leandro sobre el hombre con fotos de él antes y después de que le cambiara el look.
En el antes, se ve a Bruno con el cabello largo, al igual que su barba. Se nota maltratado, con ropa sucia y su cartel pidiendo ayuda. En el después, tras el toque de estilo de Leandro, parece otro hombre. Su barba y su cabello están muy arreglados. No sólo tiene un corte, sino unos reflejos que realzan sus facciones. También tiene ropa nueva.
“De habitante de la calle a modelo”, escribió Leandro en otra publicación sobre Bruno.
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El portal Opovo publicó el caso, exponiendo el testimonio de Leandro. El estilista contó que cuando lo vio en la calle, le dio su tarjeta para que lo llamara, pero nunca lo hizo, así que decidió buscarlo para llevarlo a su peluquería.
“Fui allí y le llevé a la peluquería. Le di una toalla y jabón, le dije: ‘Ve allí y date el baño de tu vida’. Luego se puso mi bata y almorzó”, relató Leandro, quien indicó que además del corte de cabello, le aplicó tinte, depilación de cejas y tratamiento facial.
Destacó que cuando Bruno se vio en el espejo, no creía que fuera él. Luego de la transformación, solicitó ayuda para encontrarle un empleo, y mucha gente se mostró dispuesta a apoyarlo.
Leandro no sabe qué pasó con Bruno después de su cambio, pero espera que haya mantenido la confianza y esperanza que vio en él cuando se miró transformado ante el espejo.
