En un sorprendente caso que ha captado la atención de muchos, una mujer ha sido acusada de acoso después de realizar repetidas llamadas telefónicas a su esposo y molestar a sus amigos mientras veían un partido de fútbol por televisión. Joanne Healey, de 59 años, ha sido señalada como la protagonista de este peculiar incidente que tuvo lugar en Rock Ferry, Merseyside, Reino Unido.
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Según informes, Joanne Healey molestó sin parar a su esposo, Steve, con llamadas mientras él disfrutaba del emocionante enfrentamiento entre Chelsea y Manchester United en compañía de sus amigos. La frustración del esposo lo llevó a ignorar las llamadas, lo que provocó que Joanne recurriera a la línea fija de sus amigos, John y Debbie Ashworth.
Polémica en torno a mujer que no dejó ver partido de fútbol a su esposo
Al no obtener respuesta de su esposo, Joanne Healey empezó a acusar a John y Debbie Ashworth de ser “pedófilos”, lo que los llevó a dejar el teléfono descolgado para evitar más enfrentamientos. Más tarde, después del evento deportivo, el Sr. Healey regresó a casa, y su esposa fue interrogada por la policía.
El conflicto se desencadenó en octubre del año pasado, cuando Joanne Healey tuvo una disputa con la Sra. Ashworth, una amiga de 30 años, después de que se le pidiera que abandonara un club de artes marciales fundado por el Sr. Ashworth debido a sus hábitos de bebida.
Desde entonces, Healey había estado enviando mensajes de texto, abusando verbalmente y llamando a la Sra. Ashworth de manera agresiva a través de redes sociales y llamadas. Después de que la Sra. Ashworth bloqueara a la persistente Healey, esta última comenzó a realizar llamadas no deseadas a la línea fija de los Ashworth.
¿Es Joanne Healey una acusadora?
En una ocasión, afirmó que Joanne Healey llamó a la casa 59 veces en un período de dos horas. Este comportamiento excesivo y acosador llevó a la Sra. Ashworth a contactar a la policía para poner fin a la situación.
Joanne Healey se declaró culpable de acoso en el Tribunal de Magistrados de Wirral, Birkenhead, y fue sentenciada a una orden de comunidad de 12 meses y multada con 80 Libras. Además, se le ordenó asistir a 20 días de actividad rehabilitadora con el servicio de libertad condicional y pagar a las víctimas.