A medida que las mujeres comienzan a enfrentarse a la “vida real”, hay algunas prendas de vestir que se convierten en una necesidad. Y esto no significa que tengas que gastar una fortuna adhiriéndote a todas las tendencias, lo que realmente necesitas son algunas piezas atemporales para armar tu armario.
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De esa manera, puedes agregar algunos artículos de moda cuando lo desees, pero siempre tendrás una base, sin importar el estilo. Ejemplo, los pantalones negros son las hermanas mayores más elegantes de los jeans ajustados negros. Van con absolutamente todo, desde camisas de trabajo abotonadas hasta poleras sin mangas para salir por la noche. Puedes vestirlos con tacones de aguja o con zapatos planos, y nunca pasarán de moda.
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Una blusa con botones es la pieza perfecta para combinar con pantalones de vestir, jeans oscuros o faldas, y engalanará cualquier atuendo. Si es blanca ¡mejor! Puede ser la base de cualquier look, y puedes realzar con accesorios, suéteres, abrigos o bufandas. Es una pieza muy versátil que te hará la vida más fácil.
Aunque se extendió el verano, hay que alistarse para el frío
Cuando el clima vuelva a ser más frío, no querrás usar camisas de vestir ligeras para salir, y ahí es cuando tu suéter cálido es útil. Un tejido elegante y versátil en tonos tierra como marrón, beige o mostaza, serán una primera capa para un look de invierno muy top. Un abrigo negro con botines y un pantalón a juego te hará lucir glamorosa.
Viene una prenda cliché pero ¡necesaria! Toda mujer necesita un vestido negro. Ya sea que tenga una noche de cóctel, una cita nocturna o necesite algo un poco más elegante para una presentación en el trabajo, un pequeño vestido negro lo tendrá cubierto. Es una de las piezas más atemporales y el estilo lo define el calzado y accesorios.
Truco adicional, un sujetador nude. Siempre que necesites lucir un vestido blanco o blusa de botones de tonos claros la clave es un brasier de color piel que pase desapercibido. Y como se ha mencionado como complemento de otras prendas, sí, te hace falta un abrigo clásico para rematar tus atuendos atemporales. A medio cuerpo, largos, y acogedores, preferiblemente negro o marrones. ¡Woalá! Esa es la magia.
