Una niña de ocho años, heredera del imperio de diamantes Sanghvi and Sons, situado en Surat, India, renunció a toda esta riqueza para convertirse en monja.
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La pequeña es Devanshi Sanghvi, quien desde muy chiquita es devota de la religión jainista que profesa su familia.
El portal indio Unilad publicó el caso, precisando que la herencia de la niña está valorada en $ 61 millones.
Sanghvi and Sons tiene sucursales en distintas partes del mundo. Anualmente, percibe millones de rupias, pero a la niña no le importa. Para ella, es más importante dedicar su vida al monasterio, algo para lo cual debe renunciar a todas sus posesiones materiales.
Sus padres confirmaron la decisión de la niña a los medios de comunicación, por lo que se espera que quien herede el imperio de diamantes sea su hermana menor de cinco años.
Transición
El Times of India reseñó que Devanshi Sanghvi hace tres sesiones de oración cada día. Desde muy pequeña ha seguido las prácticas de la religión jainista que implica el amor, el vegetarianismo y cero violencia.
Unilad expresa que un amigo de la familia contó que la vida de la niña poco a poco se ha ido adaptando a la de los monjes. Una vez caminó aproximadamente 700 kilómetros con otros monjes.
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No fue sino hasta esta semana cuando comenzó la transición oficial para ser monja. Como parte de esto, hacen una ceremonia de iniciación con la que entró al monasterio en un carruaje tirado por un elefante.
El pasado miércoles 18 de enero le cortaron el cabello en el templo y le cambiaron su ropa cara por un traje de algodón blanco, que cubría su cabeza.
¿Qué es el jainismo?
El jainismo es una religión que no cree en ningún dios, sino que se basa en el esfuerzo propio para encarrilar el alma y liberarla.
Aunque no creen en dioses, si creen en personajes a los que hay que venerar, como ejemplo de haber alcanzado la liberación, uno de ellos es su fundador Mahavira.
Como no pueden matar a ningún ser vivo, son vegetarianos. Hay tubérculos que no comen porque la raíz es lo que da vida a las plantas.
Hay quienes son capaces de ir barriendo el suelo o el piso por donde caminan y andar descalzos para no matar a ningún insecto a su paso.
Uno de sus principios es renunciar a los bienes materiales para no estar sujetos a nada en este mundo. Es como un tipo de voto de pobreza sin apego a las riquezas a las que consideran vanas.
