Aunque a veces las personas esperan algunos motivos más elaborados detrás de actos atroces, en ocasiones, la verdad puede ser decepcionante. En esta línea, el asesino de John Lennon, líder de la banda británica de rock The Beatles, ha confesado haber cometido el crimen guiándose por la “maldad” que había en su corazón para obtener la fama.
PUBLICIDAD
Durante una audiencia de libertad condicional celebrada en el pasado mes de agosto, cuya transcripción ha sido publicada esta semana bajo una solicitud de libertad de información, Mark David Chapman dijo que la decisión de acabar con la vida de Lennon fue su “gran respuesta a todo” porque lo haría ya no “ser un don nadie”.
Chapman, de 67 años, en su audiencia destacó que era consciente de lo que hacía y sabía que su intención era “perversa», pero “quería tanto la fama que estaba dispuesto a darlo todo y quitar una vida humana”.
Hay que recordar que el crimen ocurrió el 8 de diciembre de 1980 en la entrada del edificio donde vivía Lennon, en la ciudad de Nueva York. Aquel día, el artista había firmado un autógrafo para el hombre y horas más tarde este le disparó cinco veces por la espalda.
Chapman explicó que “había maldad en mi corazón”
“Había maldad en mi corazón. Quería ser alguien y nada iba a detener eso”, manifestó Chapman, quien está cumpliendo una sentencia de entre 20 años y cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad del estado de Nueva York. “Lastimé a mucha gente en todas partes y si alguien quiere odiarme, está bien, lo entiendo”, añadió.
El recluso ha estado preso desde que se dio el crimen y a lo largo de los años ha expresado reiteradamente su remordimiento durante sus audiencias de libertad condicional. En agosto, la Justicia de EE.UU. le negó ese permiso por duodécima vez, argumentando su “desprecio egoísta por una vida humana de importancia global”. La próxima audiencia de libertad condicional de Chapman está programada para febrero de 2024.