Aunque parezca raro, la condición de pie plano es mucho más común de lo que nos imaginamos, aunque en la mayoría de los casos los perjudicados no presenten síntomas asociados que puedan determinar que se sufre de la enfermedad.
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Por lo normal, las personas que sufren de dicha patología se dan cuenta cuando por ejemplo sus zapatos presentan rasgos de disformidad o peor aún, cuando comienzan los leve y muchas veces insoportables dolores al momento de caminar o simplemente por estar parados de pie.
Diagnostico
“Dependiendo de la edad del paciente y del grado de pie plano que tenga, se sugiere la colocación de plantillas ortopédicas. Hoy en día lo más recomendable es hacer primero una plantigrafía digital con podoscopía”, comenzó explicando en el medio tn, Alejandro Druetto, cirujano de cadera y rodilla y especialista argentino en Ortopedia y Traumatología.
El estudio de la marcha es considerado uno de los estudios más verídico a la hora de poder determinar si existe la enfermedad, ya que esta es capaz de visualizar el porcentaje de contacto de toda la planta del pie sobre una superficie.
Drueto alertó que otra que otra de las dificultades que ocasiona el pie plano es la fascitis plantar, ya que es capaz de generar lo que científicamente se conoce como espolón calcáneo, es decir, crecimiento óseo que se desarrolla alrededor del hueso del talón, lo que genera muchísimo dolor.
Tratamiento
“El tratamiento en los niños, en general, se basa en plantillas. En caso de tratarse de un pie plano no doloroso, los ejercicios de estiramiento, elongación y fortalecimiento muscular son efectivos. En cambio, si el pie plano es sintomático, es decir doloroso, el tratamiento se inicia con plantillas y puede también resolverse de manera quirúrgica”, recomendó Fernando Troilo, especialista en Medicina y Cirugía del pie y consultor en patología de tobillo y pie.