Estilo de Vida

La adicción al trabajo como refugio para los inseguros

Revisa tus acciones para ver si esto te sucede.

Como toda adicción, la adicción al trabajo tiene un trasfondo psicológico. Foto: bing.com/images.

Si le dedicas al trabajo mucho más tiempo del que marcan las normativas laborales, sueles ser perfeccionista, necesitas revisar una y otra vez tu trabajo, a menudo exageras la responsabilidad que se deposita en ti y nunca crees haberla cumplido satisfactoriamente ¡Pues cuidado! según los especialistas eres adicto al trabajo.

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La psicóloga Marga Pascual explica que “muy por el contrario de ser víctimas de jefes desaprensivos y, en todo caso, de su propio nivel de exigencia, los adictos al trabajo no necesitan explicar su cansancio o mal humor al final de la jornada”.

La adicción al trabajo es un forma de huir de la vida personal. Foto: bing.com/images.

“Nadie, mínimamente sensible, le pedirá que asuma más responsabilidades; de esta forma queda tácitamente libre de tareas domésticas, atención a niños, personas mayores o enfermos, por sólo poner unos ejemplos”, agrega la psicoanalista especializada en temas de relación personal.

De la misma forma, su extrema dedicación al trabajo es la mejor coartada para eximirle de actos sociales que le desagraden o, incluso, para cuidarse mejor. Carece de tiempo para todo, tanto si se trata de acudir a una celebración familiar, a la consulta de su médico o a una entrevista con el maestro de su hijo.

Estas razones sólo muestran la superficie del problema, pues la adicción al trabajo, como toda adicción, tiene también causas más profundas.

¿Por qué una persona se convierte en trabajador compulsivo?

Una vida íntima decepcionante puede llevar a la persona a trabajar compulsivamente. Foto: bing.com/images.

Según la citada experta, porque es un individuo enormemente insatisfecho. Puede ser consecuencia de una vida familiar o de pareja decepcionante, que no es capaz de enfrentar; puede tratarse de la frustración por no haber alcanzado el nivel profesional o académico con que había soñado o el malestar de una vida gris y sin relieve.

Además, es inseguro y atacado por dudas constantes; evita el enfrentamiento consigo mismo y con los demás convirtiendo su existencia en una máquina de producción ininterrumpida.

Sólo con una actitud valiente y honesta, dispuesto a explorar sus temores, dudas y malestares podrá un adicto al trabajo darse la posibilidad de obtener de su profesión este toque placentero que tiene para algunos privilegiados.

—  Psicóloga Marga Pascual

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