Saber lo que estamos consumiendo en las infusiones diarias es sumamente importante. Y un reciente análisis científico sobre el té, y otras hierbas que tomamos con frecuencia, encontró una evidencia que para muchos puede resultar asqueroso.
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El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Trier, casa académica de Alemania, detectó restos de al menos 400 tipos de insectos en una sola bolsa de té verde.
¿Esto es peligroso? Los científicos no hablan sobre esto en su estudio. De hecho, ni siquiera desaconsejan el consumó de esta infusión. Tampoco sugieren cambiar la forma de producción de las casas que fabrican las hierbas para estas bebidas.
La investigación se enfoca en señalar los tipos de especies que habitan en la flora de diferentes regiones en Alemania.
Muy Interesante reseña que el estudio está publicado en la revista científica Biology Letters. En el informe, que además de té registra análisis todo tipo de hierbas secas que se consumen en Alemania, encontraron hasta 1200 especies diferentes de invertebrados en 40 muestras.
400 insectos en una ‘bolsita’ de té
“Lo que realmente me sorprendió fue la gran diversidad que detectamos. Encontramos en el té verde hasta 400 especies de insectos en una sola bolsa”, declaró Henrik Krehenwinkel, genetista ecológico de la Universidad de Trier.
Dentro de las especies encontradas, señalan ADN de cucarachas, moscas, mariposas, arañas y otras especies de insectos entre depredadores, herbívoros, detritívoros y parásitos.
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Detallan que este tipo de hallazgos son normales ya que los seres vivos dejamos nuestra huella en nuestro tránsito cotidiano.
Cuestiones como saliva, desechos y células muertas, en el caso de los insectos que cambian de piel, pueden quedar en las hojas de las que se alimentan en su hábitat.
Entonces, cuando los productores de té y otras hierbas secas van hacia la materia prima, todo queda mezclado en la molienda durante el proceso de manufactura final.
Las conclusiones del estudio son positivas para los analistas que impulsaron el estudio. Les sirve para conocer el desarrollo de la biodiversidad en sus cultivos de plantas.
“El material vegetal desecado parece muy adecuado como herramienta novedosa para vigilar a los artrópodos y las interacciones artrópodos-planta, detectar plagas agrícolas e identificar el origen geográfico del material vegetal importado”, escribieron los científicos en el informe final.
