Sabemos que el accionar del hombre está impulsado por las emociones, esos fuertes sentimientos que guían nuestro proceder y de los cuales depende la salud y calidad de vida que tengamos.
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El impulso de Edward Bach
Lo anterior motivó al Médico Edward Bach, como patólogo y bacteriólogo, a descubrir en 1928 el primero de los remedios florales. A pesar de las dolencias que sufría debido a un cáncer, siguió buscando y estudiando esencias florales hasta 1934 y finalmente muere en 1936, habiendo ya completado su sistema de 38 esencias florales para diferentes tipos de personalidad y estados de ánimo.
De acuerdo al portal Mejor con Salud, “Bach era un entusiasta de la medicina natural. Experimentó una y otra vez con diversas flores silvestres de la región de Gales, en Gran Bretaña”.
“Así, determinó que utilizando la esencia de algunas flores se podían preparar remedios naturales para “controlar” el miedo desmedido, la ira, la timidez y la angustia, entre muchos otros desequilibrios psicoemocionales”.
“Este doctor probó sus remedios durante años en sí mismo y luego en muchos de sus pacientes. Así, logró encontrar flores con propiedades que él denominó “curativas”, a pesar de la falta de datos científicos y resultados concluyentes al respecto”, señalan en el mencionado sitio web.
En la actualidad, los elixires preparados con dichas flores son muy conocidos y utilizados como terapia emocional.
Algunas flores de Bach de la A a la C:
- Agrimony (Agrimonia): se recomienda a personas que ocultan sus emociones y que suelen tender a caer en adicciones. Estas personas también suelen buscar, obsesivamente, la aceptación de los demás.
- Aspen (Álamo temblón): aconsejada para personas que tienen un fuerte temor a la muerte o a lo “sobrenatural”. También, ayudaría a reducir las fobias y a saber enfrentarse a los imprevistos.
- Beech (Haya): pensada para personas intolerantes que tienden a criticar y juzgar. Ayudaría a la apertura de miras.
- Centaury (Centáurea): para quienes buscan complacer a los demás y son incapaces de decir “no”.
