Si llegaste alguna vez a ver una narco serie colombiana, de seguro siempre te preguntaste qué era lo que tomaban la mayoría de los personajes. Citamos este ejemplo porque en Colombia, cualquier ocasión de fiesta, festejo y hasta tristeza es acompañada con unos buenos tragos de aguardiente.
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Aguardiente
Son varios siglos atrás los que datan su comienzo, desde los viajes documentados sobre Cristóbal Colón se comenzó a crear la historia del licor. Según historiadores, fue el representante de la monarquía española quien trajo a América la caña de azúcar en su segundo viaje y con los primeros cultivos comenzó a fabricarse el Aguardiente.
Un siglo más tarde el Aguardiente mestizo se consumía mucho más que la tradicional chicha indígena. La relación con el destilado de la caña de azúcar tuvo matices en el nuevo mundo: en Brasil se obtuvo cachaza (base de la caipiriña), en el Caribe el licor fue el Ron y en el caso de los países andinos como Colombia, se optó por perfumarla con anís estrellado, heredado de los árabes por intermedio de los peninsulares.
La primera fábrica que existió en el Virreinato de la Nueva Granada fue de Aguardiente, así lo aseveró en su momento el cronista de fines del siglo XVIII, José Antonio Benites. Éste aseguró que entre 1784 y 1787 fue construida la “Real Fábrica de Destilaciones del Nuevo Reino” en Villa de Leyva.
El licor favorito en Colombia
Un reporte realizado por la Asociación Colombiana de Empresas Licoreras asegura que en las tablas que miden el consumo de ingesta de licores en Colombia, el aguardiente es el de mayor demanda con un consumo per cápita de 2,2 litros al año, con bastante llamado de atención ya que las cifra siguen en un leve crecimiento frente a pasado año 2016, cuando era de 2 litros.
El hallazgo más significativo es que por primera vez en muchos años, el aguardiente es el de mayor preferencia en Colombia entre un grupo donde también compite el ron, los wiskis escocés y americano, tequila, vodka, ginebra y hasta brandy.
“Esto no es algo nuevo, en Colombia la tradición del aguardiente tiene más de una generación encima por cuestiones técnicas y culturales. En los 80 se registró una fuerte producción artesanal que se sumó a la industrial, esto se hizo con fuerza entre campesinos de todos los pisos térmicos del país, por la facilidad con la que se podía elaborar”, informó el gerente de Licores del Amazonas, Édgar Villada.
El ejecutivo de la empresa de licores colombiana agregó que “El aguardiente es un licor de alta graduación alcohólica que está, entre 25% y hasta 60%, obtenida de la fermentación y luego la destilación de frutas o vegetales, zumos hechos a partir de ellos, entre otros detalles”.
