La serie bate récords tras presentar la última y definitiva temporada del mundo de Westeros. Con los paralelismos entre diversas escenas de muchos encuentros, Game of Thrones se abre el camino nuevamente en los corazones de los seguidores más fieles.
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HBO es una señal reconocida por siempre ir por todo lo alto, con una serie de gran presupuesto como ‘Game of Thrones’, o la contratación de actores de cine para la pantalla chica (véase ‘Westworld’ o ‘Big Little Lies’). Sin embargo, la cantidad de personas esperanzadas en cada capítulo de la historia de George R.R. Martin definen el impacto de este producto audiovisual en el mundo.
¡Atención! SPOILERS
El primer episodio no tuvo grandes sorpresas, pero sí encuentros emocionantes. Tampoco podría ser considerado entre los mejores de la serie, ya que solo apela al recurso de la revelación y dinámicas para darle un poco más de “picante” a todo lo que se viene.
Y sí, la revelación de Sam Tarly a Jon Snow sobre su verdadero origen con la música de ‘La Rosa de Guadalupe’ que se comparte en la red no suena del todo alejado del guion original. Se sintió como una revelación exageradamente dramática con ansias de poner la piedra en el zapato de forma apresurada.
Sin embargo, se entiende que con los pocos episodios- ya desde la temporada anterior- el argumento se cuenta cada vez más rápido. La sensación de que todo pasó en un segundo en la séptima aún no se va, pero dejó algunas vallas muy altas en cuanto al desarrollo de batallas, estos recursos siendo los más importantes en estas recientes temporadas debido a la necesidad de acción para lograr un objetivo.
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El paralelismo para apelar al espectador
El 8×01 de ‘Game of Thrones’ se siente como una gran referencia hacia la propia serie… Sí, con diez momentos que apuntas a acontecimientos ocurridos en temporadas anteriores, si es que no se me escapan otros. Pero enfocándolo más en todos los hechos pasados, se trata de un último recuerdo, y un adiós.
Enumeraremos cada momento especial que brindó este inicio de temporada por querer apelar más a la emotividad, y también, un poco a la comedia en los diálogos.
Un niño que corre y trepa por los muros llama la atención de Arya cuando pasa por su lado, ella sonríe, y en su expresión es notoria la nostalgia por lo que vivió con su familia en Winterfell hasta antes de la llegada del rey Robert.
La llegada de Jon y Daenerys a Winterfell figura como el gran comienzo de la serie, cuando el Rey llega a visitar a Ned Stark junto a la guardia que lo acompañaba en ese entonces. El ejército de Dany se encamina hacia la Casa Stark, mientras Arya los mira desde lejos para poder chocar miradas con su hermano. Esto nunca sucede en el momento.
El recibimiento de los Stark a la reina Daenerys también es una escena paralela al momento cuando la familia recibe a Robert Baratheon en Winterfell. De igual forma alineados, solo sin Arya presente. “Debe estar escabulléndose por ahí”, menciona Sansa, y recuerda a la actitud que tuvo Catelyn Stark con su hija menor.
El encuentro de Arya y Jon sin duda fue uno de los más esperados en todas las temporadas de la serie. La reunión es tal como fue la despedida de ambos. Ella salta a sus brazos y él la abraza con mucho cariño. Tiene sentido, pues no se ven desde la primera temporada, y se conoce que fueron cercanos mientras vivían juntos en Winterfell.
Sansa y Tyrion hablan de la Boda Púrpura donde murió Joffrey tras ingerir un veneno. Ahora sabemos que la culpable de todo fue Lady Olenna que conspiró con Meñique, que están muertos en ese momento. Solo quedan ambos resolviendo sus nuevos problemas, y la reafirmación de la madurez de la Stark para llevar el mando.
Daenerys y Jon quieren esconderse del mundo, y jamás ser encontrados. La idea de la heredera Targaryen deja notar la similitud con el sueño de Ygritte, la novia fallecida de Jon, al querer quedarse para siempre en una cueva con él. En este caso, ellos no pueden, y lo que se les viene es inevitable.
Jon y Sam hablan en las criptas sobre el verdadero origen de Jon, y se menciona el nombre de Lyanna Stark, la madre de Snow. Tal como sucedió con Ned y Robert episodios atrás, cuando recordaban con cariño a la Stark.
Los niños muertos, o muertos vivientes, son un tema frecuente en la adaptación televisiva de ‘Game of Thrones’. Esto ha sido muchas veces calificado como extremadamente violento, al ser continuas ocasiones en que personajes infantiles aparecen muertos o reviven de la muerte. En este episodio se presenció la muerte, y posterior reanimación, de lord Glover, el pequeño al mando de esa casa.
El símbolo del Rey de la Noche siempre estuvo presente a lo largo de la serie, siendo representado con huesos, carne humana o animales muertos. Esta vez también fue compuesto por partes humanas que se encendieron con la espada de Beric Dondarion tras matar al niño covnertido, y se forma un símbolo en llamas.
Bran Stark y Jaime Lannister se vuelven a ver las caras desde el “accidente” del niño lobo. Los gemelos Lannister mantienen una relación incestuosa que nadie debía saber, pero el pequeño tuvo la mala suerte de trepar en una torre donde ambos se encontraban teniendo sexo. El resultado fue la pérdida de la movilidad de las piernas de Bran para siempre. El actor Isaac Hempstead-Wright lleva siendo cargado todas estas temporadas, solo estando de pie en sus visiones, o viajes, al pasado, presente o futuro.
En total, no consideraría este episodio solo como un reciclaje de eventos, pero sí una toma de muchas escenas originales para reavivar la nostalgia aprovechando la despedida de una de las series más importantes de la televisión de este siglo.
Por Antonela Rabanal@antonelarabanal
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