La noche de este domingo 11 de febrero, Estados Unidos “se paralizó” para ver el partido final del campeonato de la National Football League (NFL), conocido como el Super Bowl, en el que se enfrentaron San Francisco 49ers y Kansas City Chiefs, en este último equipo de fútbol americano juega Travis Kelce, novio de la afamada cantante Taylor Swift, lo que le agregó más distinción al momento deportivo, ya que ella estuvo presente para echarle porras a su amado.
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A la cita deportiva asistieron decenas de celebridades, como Henry Cavill, Bad Bunny, Tony Parker, Jay-Z, Gordom Ramsay, Minka Kelly, Gwen Stefani, Jon Hamm, Elon Musk, Justin y Hailey Bieber, Russell Wilson y Ciara, las hermanas Kardashian, y Paul McCartney, entre otros.
Sin embargo, Taylor fue el centro de atención. Ella siempre ha acudido a ver a su amorcito en el campo, incluso, muchos fanáticos de los Kansas City la han señalado de “arruinar” el fútbol americano, ya que su presencia ahora causa revuelo en cada partido que asiste. Ella llegó de Japón tras su gira, y acompañada por su mejor amiga, la actriz Blanke Lively, se lució en las gradas.
Por supuesto, que nada para ella es improvisado y su atuendo no fue una excepción, pues la cantante de 34 años, le rindió tributo a Travis con sus prendas. Se presentó en el palco VIP vestida con un jean negro estilo mamá, con una abertura en horizontal a la altura de los muslos y adornado con pedrería.
Esto lo completó con un corsé negro y una chaqueta estilo bómber roja con rayas de blancas, y con el logo del equipo grabado en el pecho, mientras que en la espalda tenía en 60, año de fundación de los Kansas City. Una pieza de la marca Wear, diseñada por Erin Andrews. Pero eso no fue todo, porque también tenía el número 87, es el que identifica a Kelce. Este también estuvo presente en sus botas negras.
Sin embargo, el gran guiño de Taylor para su novio fue su cartera. Se trata de un bolso en forma de balón de fútbol americano forrado en pedrería, que también tiene el 87 grabado. Este fue diseñado por Judith Leiber y se trata de una pieza bastante singular, ya que hacerla tomó dos años, aproximadamente, de acuerdo con el portal de Judith Leiber, este accesorio fue fabricado en Italia con cristales en marrón chocolate y planteado, aunque también fue diseñado en dorado y rosado.
Los tres colores están agotados, por lo que no se puede determinar el valor en el portal web de la diseñadora, sin embargo, se estima que cueste unos 4.350 dólares estadounidenses (73.770 pesos mexicanos). En el interior cuenta con cuero metalizado, tienen un cierre a presión con incrustaciones de cristal y una cadena cruzada extraíble.
