Mucho se habla sobre la reacción violenta de Will Smith hacia Chris Rock en los premios Oscar 2022, pero poco del comentario hiriente hacia Jada Pinkett Smith, que disfrazado de humor, hirió sus sentimientos.
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Las dos actitudes son inexcusables, sin embargo, este episodio puso también en la palestra aquellas personas que se esconden detrás de “es un chiste” para hacer bullying, criticar, juzgar y humillar a los demás.
En especial, cuando proviene de personas cercanas, como familiares y amigos, que abusando de la confianza, dan opiniones no solicitadas sobre el físico de una persona sin tener en cuenta su autoestima y lo que pueda estar atravesando.
No en vano, los trastornos alimenticios, la ansiedad, la depresión y la dismorfia corporal son pan de cada día, pues aunque haya una intención “inocente” detrás de un comentario chistoso, no sabemos cómo la otra persona se lo vaya a tomar.
La lección que aprendimos del caso de Chris Rock, Jada y Will Smith
Como sociedad, es hora de entender que si el chiste se burla de alguien no es gracioso. Si la conversación pone en ridículo a alguien, no es amena, y que si cualquier juego o charla hace que alguien se sienta mal u ofendida, deja de ser divertido.
En estos escenarios, el humor es solo la excusa para atacar sin asumir la responsabilidad y dejar a la verdadera víctima en una posición incómoda, no solo por haber sido criticada sino porque también entra en la disyuntiva de defenderse o dejar pasar el comentario ‘chistoso’.
Peor aun cuando sucede en eventos públicos o círculos sociales. Basta de reírnos y ser cómplices. Así como el silencio, la risa desprendida de un comentario fuera de lugar le eleva el ego al victimario y respalda lo que está diciendo, empeorando la situación para quien lo sufre.
Quizás ni siquiera estamos de acuerdo, pero somos incapaces de poner límites y defender al otro, sin darnos cuenta que este apoyo en conjunto es el que se traducirá en menos bullying y finalmente, un mundo mejor.