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Apropiación cultural y sexismo, las polémicas que marcaron Miss Universo 2021

Las concursantes portaron elementos de la cultura palestina durante su viaje por Israel, algo que causó indignación

El domingo, la mexicana Andrea Meza le pasó la corona a Harnaaz Sandhu, quien a sus 21 años se convirtió en la nueva Miss Universo. La joven originaria de India se llevó el reconocimiento de todos luego de responder a la interrogante sobre qué le aconsejaría a las mujeres que se enfrentan a la presión social.

“Bueno, creo que la mayor presión que enfrenta la juventud de hoy es creer en sí mismos. Dos, saben que son únicas y que eso es lo que les hace hermosas, dejen de compararse con los demás y hablemos de cosas más importantes que están sucediendo en todo el mundo. Creo que esto es lo que ustedes necesitan entender, salir, hablar por ti mismo porque eres el líder de tu vida, eres tu propia voz, yo creí en mí mismo y es por eso que estoy parada aquí hoy”.

Mientras que Miss Universo es uno de los eventos televisados más importantes a nivel mundial, sigue estando lleno de controversia, dividiendo opiniones sobre por qué seguimos consumiéndolo como una forma de entretenimiento.

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En redes sociales se pueden leer discusiones de todo tipo, desde quién debió ganar hasta “las fotos sin maquillaje” de Harnaaz Sandhu (porque obviamente siempre hay que buscar algo que deje al descubierto las imperfecciones de una mujer). También están quienes se enfocan en los méritos de las concursantes, más allá de su físico y en cómo pueden tomar acción aprovechando la plataforma que tienen.

Sin embargo, este año las actividades que llevaron a cabo con las concursantes hicieron enfurecer a muchos.

Concursantes de Miss Universo acusadas de “apropiación cultural” en medio del conflicto en Palestina

Las candidatas a Miss Universo provocaron indignación en las redes sociales luego de que circularon fotos de una campaña de “visita a Israel” que hacen referencia a Palestina.

Las “misses” estaban vistiendo thobes (vestidos) tradicionales palestinos y enrollando hojas de parra en la ciudad de Eilat, en el Mar Rojo. “Esos son elementos culturales palestinos, no beduinos y ciertamente no “israelíes””, denunció un internauta.

Cabe recordar que el conflicto israelí-palestino es un conflicto social y armado que se remonta a principios del siglo XX.,

Hanna Nepliakh, de Ucrania, compartió una foto de ella preparando el dulce maamoul tradicional palestino en una publicación similar. A pesar de que el dulce lleno de dátiles es popular y simbólico entre los palestinos, Hanna no mencionó a Palestina, sino que dijo: “Nos detuvimos en un asentamiento beduino en Israel y nos sumergimos en su cultura y tradiciones”.

En otro video, se ve a las candidatas bailando con mujeres locales que cantan y tocan el tambor con melodías folclóricas tradicionales palestinas.

Esta visita a la ciudad beduina marcó el final de su gira por Israel antes de la competencia final. La ciudad de Eilat fue construida sobre las ruinas de un pequeño pueblo pesquero palestino de Um al-Rashrash durante la Nakba, cuando casi 750.000 palestinos fueron expulsados de sus pueblos y aldeas por las milicias sionistas en 1948.

Usuarios en redes sociales criticaron la acción de Miss Universo ya que lo tomaron como la “promoción de las fuerzas de ocupación mediante la apropiación cultural”.

“Estas mujeres están sentadas disfrutando de una cultura robada mientras los palestinos en Sheikh Jarrah y Silwan se resisten a su limpieza étnica. Qué vergüenza todos los que participaron en esta tontería”, denunció la usuaria @subrein, en Instagram. “Cuando su “estado” ilegítimo no tiene historia o cultura propia, simplemente roban la de otra persona como roban todo lo demás”, dijo la activista Aliya Hasan.

La evolución del pensamiento colectivo frente a Miss Universo

A pesar de que el certamen de Miss Universo ha tratado de adaptarse a las exigencias actuales y la lucha contra el se ha convertido en algo muy cuestionado

¿Puede Miss Universo empoderar a las mujeres? Las feministas se han opuesto a los concursos de belleza desde siempre pero es ahora cuando el debate ha estado más abierto que nunca. Por un lado, están aquellas que consideran que el empoderamiento de mujer en estos eventos está en que ellas decidieron estar ahí, es un sueño que están cumpliendo y están aprovechando la plataforma para enviar poderosos mensajes.

Además, la victoria de la sudafricana Zozibini Tunzi en 2019 y la participación de Angela Ponce en 2018, hizo parecer que el certamen estaba abriéndose a un discurso más inclusivo.

Sin embargo, hoy día siguen existiendo reglas como que las concursantes deben tener entre 18 y 28 años, no estar casadas ni tampoco tener hijos al momento del certamen.

Claro, la preparación que tienen las concursantes no es cualquier cosa y los estándares son cada vez más flexibles pero al final, tener “un buen” atractivo físico sigue estando por encima de sus acciones o logros, volviéndolas objetos de consumo efímeros.

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