Estreno peligroso, por Verónica Klingenberger

*POR VERÓNICA KLINGENBERGER**Periodista*«*@vklingenberger*»:https://twitter.com/vklingenberger

Solo hay una manera de no morir y es contar la historia. En la música popular pasa lo mismo. Los músicos hicieron lo suyo, pero sin revistas, películas, fanzines y fans, el mito de muchas bandas y leyendas del rock and roll no hubiera sobrevivido tanto tiempo. Y aunque el rock haya muerto o siga muriendo, hace poco vi a una adolescente con un polo de The Stooges y cuándo le pregunté quiénes eran respondió que su banda favorita. Lo extraño es que no le sonaba el nombre de *Iggy Pop*. Tiempos confusos estos.

Para despejar un poco la niebla, este fin de semana llega a Lima uno de los festivales de documentales sobre música más importantes del mundo: la primera edición del In-Edit Perú (nació en Barcelona y ya suman 42 ediciones, 700 documentales y 40 ciudades) proyectará en Lima 13 películas, además de un ciclo especial por los ’40 años del punk’. La cartelera está variada y bien nutrida, pero resalta uno de los estrenos más importantes del género del 2017, uno que combina la historia de ‘la mejor banda de rock and roll de la historia’ y la entusiasta y particular mirada del dueño de dicha declaración, el director estadounidense Jim Jarmusch.

Gimme Danger (‘Dame peligro’) comienza con el fin. El día en que los miembros de The Stooges deciden volver a casa de sus padres y dejar atrás la chifladura más salvaje y los conciertos afiebrados en pequeños teatros. ‘Me di cuenta de que quería empezar en 1973, después de que hicieran los tres mejores discos de rock que han existido, y ahí estaban los Stooges volviendo a casa con sus mamás. Scott dijo, ‘Sí, estaba durmiendo en el suelo. Vendí mi batería y compré un ticket para regresar en bus a Ann Arbor’. Pensé, ‘tengo que empezar con eso porque es devastador», cuenta Jarmusch en una entrevista a Rolling Stone. Desde la derrota, el director reconstruye la historia de la banda con un archivo impresionante de grabaciones antiguas, algo que en su momento se convirtió en una verdadera pesadilla. Al final, gran parte del material se lo debemos a Leni Sinclair, la esposa del manager de MC5. ‘Ella filmaba todos estos conciertos de MC5 y empezó a pensar ‘Mmm, estos chicos son interesantes. Los filmaré», cuenta Iggy en la misma entrevista.

Pero además del valor documental de la película -los fans verán fotos que nunca vieron y cosas así-, la mejor noticia es el reencuentro con un Iggy que siempre nos gustó y que después de su concierto en Lima nos dejó completamente enamorados.

Más allá de que te guste su música, Iggy es capaz de fascinar hasta al más fascinante de todos. De todos los recuerdos que tuvo David Bowie de sus años en Berlín, era uno de Iggy el que más le conmovió: un grupo de punks reunidos en una casa tumbaron las paredes con combas y picos. Con la casa convertida en ruinas, los muchachos se reunían en el centro, sobre los restos de concreto, ladrillo y pintura, y abrazados lloraban durante minutos. Esa escena podría ser un resumen del arte de los Stooges y de Iggy Pop. Él lo sabe bien y lo deja claro durante toda la película. De repente esa es la razón por la cual quiso hacerla y por la que llamó a Jarmusch para darle la idea y pedirle que la dirija.

Lo que dice Iggy es lo más valioso de Gimme Danger. Es un gran narrador de historias y Jarmusch lo supo ni bien revisó el material. Para ello, lo entrevistó durante 10 horas en tan solo un día y luego regresó para cerrar algunas ideas. Así, Iggy contó la historia que hacía falta contar, la de la banda que empezó muchas cosas aparte del ‘crowd surfing’ y las cortadas de torso en escena y que hizo lo que hizo con honestidad y entrega.

Los Stooges no tuvieron muchos fans por ese entonces, tomó algunos años procesar su arte, pero el mismo Iggy dice que los que tuvieron fueron ‘quemados’ o intelectuales. Nada en el medio. Y eso solo puede ser una buena señal.

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