Hace pocos años, muchos estudiantes de la academia de arte de Hamburgo no estaban muy entusiasmados con la asistencia al curso de caligrafía de Kerstin Carbow. ¿Por qué dominar el arte de la escritura a mano en la era de los teléfonos inteligentes, pantallas táctiles, notas de voz y correos electrónicos?
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Hoy, la caligrafista de 52 años, que también trabaja como ilustradora y pintora, dice que cada vez más personas se sienten atraídas por sus seminarios y talleres.
“La mayoría de la gente quiere aprender a expresarse y hacer que sus pensamientos o sentimientos sean visibles con una hermosa escritura”.
Los empresarios, por ejemplo, han comprendido que pueden causar una mejor impresión con una nota de saludo o una carta de solicitud manuscrita que con un correo electrónico. Los adultos jóvenes que quieren practicar como se debe sostener una pluma correctamente de nuevo (en el ángulo recto y ciertamente no demasiado apretado) con el fin de poder escribir una carta o una tarjeta un día. Pero también hay muchos adultos mayores, que no han olvidado su amor por las técnicas analógicas y han redescubierto su deseo de embellecer el papel con letras con rizos, arcos y bucles.
Técnicas retro que reconfortan el alma
La escritura está viva. Incluso si parece que Alemania y todo el mundo está en Internet y estamos viendo una generación de “cabezas bajas’ que crece mirando sus teléfonos inteligentes. Incluso si streamliners profesionales y expertos en TI en las empresas están haciendo realidad la visión de la oficina sin papeles. E incluso, si los escolares de todo el mundo aprenden las letras del alfabeto en un teclado de computadora y sólo queda el alfabeto en imprenta en el plan de estudios.
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Sin embargo, incluso en un mundo digital la gente está atada a viejas cosas, cartas, cámaras Polaroid, máquinas de escribir, plumas estilográficas. Esto no solo afecta a las personas mayores. Muchos jóvenes, nativos digitales, sienten que algo falta. Cosas que puedan tocar, cosas que puedan asociar a buenos recuerdos para colgar en la pared. Este anhelo se puede explicar: si miras fijamente tu computadora por horas, al final del día descubres que no tienes nada tangible para mostrar. Esto no es particularmente satisfactorio.
El boom de los instumentos de escritura
Los fabricantes alemanes de lápices e implementos de escritura, que se estaban preparando para tiempos difíciles hace apenas unos años han anunciado ventas anuales récord. Los negocios en Alemania crecieron en un asombroso promedio de 6,7 por ciento en el primer trimestre del 2016, según la asociación del papel, los suministros de oficina y la industria de elementos de papelería. En 2015, las ventas ya han aumentado un 3,9 por ciento.
Para Faber-Castell, una empresa de larga herencia, el año fiscal 2015/16 fue el “mejor año de todos” en todos los segmentos – escritura, dibujo y diseño creativo – con unas ventas de 631 millones de euros.
La tendencia no es una gran sorpresa para el Conde Charles von Faber-Castell, representante de la novena generación y responsable de la división premium de la compañía: “En vista de la creciente digitalización, la necesidad de compensar con las actividades analógicas está aumentando. Aunque la tendencia global de colorear para adultos nos sorprendió en su intensidad, la tendencia general hacia la escritura individual que no es perfecta pero creativa era previsible hace bastante tiempo”.
Escribir te hace inteligente
Daniel Oppenheimer, profesor de psicología de la UCLA Anderson School of Management de Los Ángeles, quiso saber cómo se absorbe la información con técnicas modernas en comparación con las convencionales. Dividió un grupo de estudiantes en dos: Uno de ellos tuvo que tomar notas de conferencia a mano, los otros tuvieron que tipearlos en una computadora. Luego se les preguntó sobre el contenido. El grupo de escritura fue mucho mejor – incluso en la segunda ronda donde el material fue proyectado en la pared para que todos lo vieran. La explicación: como los que tomaban notas escritas no podían escribir todas las palabras, almacenaban más material didáctico en sus cerebros y también distinguían entre los elementos importantes y los menos importantes, resumiéndolos en sus apuntes. Así que se podría decir que escribir es más difícil, pero en última instancia más eficiente y ayuda a conservar más información.
El psicólogo cognitivo Robert Bjork de la Universidad de California lo llama “Dificultad Deseable”. Su teoría que establece que es preciso cierto tipo de esfuerzo para poder realmente hacer algo y mejorar las habilidades se hace inmediatamente evidente cuando se mira a un niño pequeño escribiendo sus primeras letras: Después de varios intentos y de la desesperación y la frustración y exclamando por décima vez que no quiere escribir nunca más, la mirada en su cara cuando finalmente logra escribir su propio nombre en un pedazo de papel es inolvidable.
Por Jurate Baronas
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