LUCÍA HERNÁNDEZ
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¿Qué es lo que más te atrajo del argumento de esta película?
Que pone el foco en una mujer que se equivoca todos los días, como lo hace cualquier ser humano.
¿Qué tan desafiante fue interpretar a este personaje mientras estabas embarazada?
El primer trimestre de mi embarazo estuvo plagado de náuseas y fatiga. Menos mal que no soy de esas actrices que se atormentan con el personaje que están interpretando, porque me habría parecido imposible vivir conmigo misma si hubiese estado metida en el personaje todo el tiempo. Así que tuve que encontrar maneras de desconectarme de ella. Me volví la reina de las siestas durante el rodaje (risas). Cada vez que tenía al menos diez minutos, me iba a mi bus y caía rendida en cuestión de unos pocos segundos.
Tu personaje es una mujer atormentada psicológicamente. ¿Te resultó difícil actuar esas escenas?
Fue muy emocionante porque contamos con un director de fotografía que realmente captó ese concepto de manera hermosa. Me encantó poder representar la idea de lo que pensamos que vemos y lo que no vemos. La línea entre ambas, en esta historia, es difusa y se vuelve muy fácil de manipular. Emocionalmente tuve que interpretar a alguien que no podía recordar lo que había hecho y tenía en la mente solo fragmentos de una realidad que le parecía lejana. Esa combinación de lo que resultó el viaje emocional para mí y las imágenes que captó el director me parecen que impactarán al público.
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¿Cuál fue la escena más difícil de hacer?
Hay una escena en el baño de la Estación Central de Nueva York, donde Rachel escribe en el espejo con su lápiz labial. Esa escena representa el pináculo de su alcoholismo rabioso. Mi personaje aparece ahí realmente atemorizante, casi como si se tratara de una asesina. Era muy importante porque había que mostrar todos los sentimientos que Rachel guardaba. Hubo muchas otras escenas con peso emocional, pero esa fue especial. Yo nunca planeo cómo voy a enfrentar esas escenas, no las ensayo ni las practico especialmente. Me aprendo las líneas de memoria y trato de no ponerles ninguna intención hasta que ya la vamos a filmar. De esa forma, descubres cosas espontáneamente.
Cada vez, vemos personajes más complejos para las mujeres en el cine. ¿Estamos frente a un cambio?
Bueno, creo que el cambio sucede a fuego lento.
Las mujeres estamos demostrando que somos capaces de hacer dinero, que es lo que finalmente mueve a Hollywood. Las mujeres no solo servimos para hacer películas para adolescentes.
¿Crees que el público está aceptando más películas como esta?
Ya veremos cómo reacciona, pero la gente amó el libro – el filme se basa en la novela homónima del 2015 de Paula Hawkins- porque no oculta la brutalidad ni la antipatía que generan mujeres como la protagonista. Creo incluso que el público podrá identificarse con algunos aspectos sórdidos de los personajes.