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POR ZOË MASSEYFotógrafa@ZoePix
Ir en bici por Lima es casi una aventura de alto riesgo. Incluso habiendo ciclovías (en la mayoría de casos, un intento mal diseñado de ellas). Siete personas caminan por la ciclovía, una camioneta estacionada en medio, dos trabajadores municipales atravesados con una escalera, una chica al volante a la que no le interesa que yo vaya caminando y empujando la bici por el peatonal, un bus que nos bota todo su humo negro encima… solo después llego a Miraflores. Leo que muchos peatones se quejan de los que vamos en bicicleta por la vereda, pero tantos otros ocupan la ciclovía. Ya en el colmo de la intransigencia, leo también que si nos molesta tanto ¿por qué no usamos bus? Y así de irracionales nos ponemos en una ciudad que ya no se soporta a sí misma.
Con la cadena malograda de mi bici, pensaba cómo demonios hacer para ir a ver la muestra individual de Casari en la Sala Miró Quesada Garland. Apareció la súper amable Norma, policía municipal de Miraflores, que se ofreció a cuidarla mientras yo pasaba veloz por la galería (gracias gigantes por eso).
Mirar la tierra desde el espacio y distinguir en la cima de un cerro un rebaño de ovejas es el nombre de la muestra (debo confesar que me encanta). Allí podemos ver el trabajo de Alfredo Covarrubias, de PPPP y de Casari. ¿Pero cómo? ¿No era una muestra individual? Pues sí y no y todo lo opuesto. Alberto Casari tiene varios alter egos y en esta muestra curada por Nicolás Tarnawiecki vemos un poco más de dos de ellos (eso también me encanta).
Instalación, texto, escultura, pintura. Un poco de todo lo más reciente pero también una reedición de trabajos previos. Algo interesante que veo es que paralelamente él está exponiendo en la Galería Lucía de La Puente, pero no pude parar ahí porque absurdamente malogré la cadena de mi bicicleta. Será otro día.
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El sol empieza a salir de nuevo, la tarde se presta para pasear, galeriar y de yapa comerse un churro en el Manolo (el clásico o el placer máximo de Nutella).
Hagas lo que hagas, por favor, si eres peatón o conductor, ¿en serio te cuesta tanto ser uno bueno? ¿No puedes respetar el área, aunque muy mal diseñada pero exclusiva, del ciclista? Tanto se quejan de que no usemos la vereda y ahora ustedes usan nuestras vías… ¡ya pues! Y tú, el de la moto, el que les ganó a todos en la cola del semáforo porque se pasó por la vía para bicicletas… cuéntame ¿qué se siente ser tan vivo?