JOSÉ BARRETO
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¿Cómo recibiste la noticia de hacer algo relacionado al icónico filme El Exorcista (1973)?
Siempre pensé que hacer un remake de una película tan importante sería una mala idea, prácticamente un suicidio. Por eso quedé gratamente sorprendido cuando vi que los guionistas decidieron que la serie fuera un ejercicio de lo que hubiera pasado cuarenta años después de lo que vimos en el filme. De hecho, en algún momento, habrá algunas referencias a ese antecedente.
¿Hubo mucha presión al hacer un proyecto relacionado a una película tan emblemática?
Es un gran referente cinematográfico, sin duda, y por eso a lo largo del rodaje sentimos una gran responsabilidad. Pero también lo vimos como una oportunidad para demostrar que podíamos hacer algo interesante. El guionista, Jeremy Slater, hizo un gran trabajo porque los personajes y la historia misma tienen los pies sobre la tierra, están bien cimentados. Eso hace que, a pesar de plasmar un tema que cualquiera podría pensar que es fantasioso, se siente bastante real y cotidiano. Nosotros hemos dado nuestro máximo esfuerzo, pero el público es el que tiene al final la última palabra.
¿Por qué crees que el terror es un género tan popular?
Creo que principalmente porque todos le tememos a algo. En ese sentido, El Exorcista supo plasmar muchos de nuestros miedos y tuvo muchísimo éxito porque nunca intentó ser una película de terror. Sus realizadores se concentraron en dos cosas primordiales: hacer una buena adaptación de la novela homónima de William Blatty y crear personajes sólidos, tan sólidos que fueron tridimensionales, fueron creíbles a pesar de estar tocando un tema fantástico.
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Cuéntanos un poco sobre tu personaje, el padre Tomás…
El padre Tomás es un hombre progresista, compasivo, es como el rostro de la nueva Iglesia Católica. Él dirige una pequeña pero leal parroquia en los suburbios de Chicago. Lleva una vida muy tranquila, sin embargo, un día comienza a tener sueños de una persona siendo exorcizada. Esto se hace recurrente, al tiempo que una familia de su congregación comienza a experimentar hechos muy extraños. Todo eso saca a Tomás de su zona de confort porque deberá armarse de valor para ayudar a la familia.
¿Cómo trabajaste la construcción de Tomás?
Partí de una premisa bastante básica: todos tenemos demonios por exorcizar. Y no me refiero a esos seres que habitan en otra dimensión, sino a nuestros miedos, dudas, a todas esas cosas que nos debilitan día a día. Tomás está plagado de esos demonios, que lo hacen apetecible a esos otros sobrenaturales.
El padre Tomás, como tú, es mexicano, ¿a qué crees que obedece esa decisión?
La cantidad de latinos que vivimos en Estados Unidos es brutal. Nosotros somos los principales consumidores de productos del cable y de plataformas streaming, y el mundo se está dando cuenta de eso. Por eso me da gusto que se nos estén dando espacios más importantes en las producciones, más allá de los típicos estereotipos con los que se nos representa.