Dar vida a “Harry Potter” durante diez años, entregando parte de su infancia, adolescencia y vida adulta al trabajo no fue una labor sencilla para el actor británico Daniel Radcliffe.
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En 2012, se sinceró sobre su problema de alcoholismo, un hábito que adquirió para poder soportar la presión que le generaba la fama y la constante atención que recibía de los medios y su público.
“No es una presión real, pero es una presión de vivir con ese pensamiento: ¿Qué es esto que dicen todas las personas de que no tendré una carrera?, ¿Qué pasa si todos tienen razón y quede confinado a una lista de ‘¿Qué fue de la vida de…?”, comentó en una entrevista con el programa Sky Arts.
Ese mismo año, le confesó a la revista “Heat” que llegó a trabajar en estado de ebriedad, aunque nunca consumió ni una gota de alcohol en el set de filmación.
“Honestamente puedo decir que nunca bebí en el trabajo, en la producción de ‘Harry Potter’. Me iba a trabajar todavía borracho, pero nunca bebí en las grabaciones. Puedo señalar muchas escenas en las que estoy ido”, aseguró.
La adicción de Radcliffe terminó en el 2010, un año antes de que terminara su compromiso con la saga de J.K. Rowling.
Daniel no recuerda cómo se sentían los efectos del alcohol en su cuerpo, pero sabe que ese hábito lo afectaba y también a sus seres queridos.
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“Era un recluso a los 20 años, mi vida era patética, no era yo. Soy una persona educada, divertida y me convertí en un grosero”.
“No puedo decir qué tipo de borracho soy porque no recuerdo. Creo que probablemente soy estupendo mientras estoy consciente, pero entonces me tienen que cuidar y al final no quiero levantarme con 20 mensajes de texto donde me preguntan ‘¿dónde estás?’, ‘¿estás bien?’”, confesó al diario británico “The Telegraph”.
En sus confesiones con dicho medio, el actor aseguró sentirse contento con la persona que es hoy en día, un joven que “ama salir solo con sus amigos o ver programas de concursos”