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El anhelo de un nuevo dramaturgo

Telmo Arévalo, actor y comunicador, tiene apenas 32 años y acaba de estrenar su primera obra tras haber estado al borde de la muerte: El Anhelo de Juan.

En los últimos cuatro meses ha experimentado tanto. Tanto que Telmo Arévalo prefiere hacer de cuenta que su vida es tan común como la del resto. Después de algunos años dedicados a la actuación, con una participación como asistente de dirección en la laureada obra Los Regalos, se decidió a escribir su primera pieza teatral. En ese lapso, la salud le jugó una mala pasada y la muerte le rozó el rostro tan cerca que entendió que la vida puede ser una forma de resucitar.

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El paso por la Unidad de Cuidados Intensivos lo alejó de algunos condimentos, del esfuerzo físico y de la cerveza, pero no de sus convicciones. Aún convaleciente, en pocas semanas acabó de escribir su historia y logró concretar, junto a la joven directora Leonor ‘Lola’ Estrada, la puesta en escena de El Anhelo de Juan, una obra que explora en las sombras de los primeros años de los noventa, desde la mirada de un niño, pero también desde el desencanto de un adulto.

La obra es audaz no solo desde la forma en que aborda una realidad tan reciente como confusa, sino, sobre todo, desde su puesta en escena. Con una novedosa estructura vertical de tres pisos, combinada con video y música originales, propone un montaje trepidante y sugerente. Además de contar con un elenco de actrices que asume tanto papeles femeninos como masculinos: Pepa Duarte Soldevilla, Andrea Castillo, Leny Luna Victoria y Vanessa Geldres son las encargadas de dar vida a una familia disfuncional, reflejo del Perú herido de 1990.

En una breve temporada, El Anhelo de Juan se estrenó el pasado 31 de marzo en el auditorio Julio Ramón Ribeyro del Centro Cultural Ricardo Palma de Miraflores, y este fin de semana se despide.

¿Cuándo y cómo surge la idea de esta obra?

Tenía la idea orbitándome hace mucho, pero fue en el taller de Dramaturgia y Memoria del director y dramaturgo ecuatoriano Aristides Vargas (del grupo Malayerba), donde empecé a escribirla. La memoria es el motor que mueve los engranajes de esta historia. Es una reacción personal al saberme parte de un país que todavía no se ama lo suficiente, que sigue dando la espalda a varios compatriotas, que elige al que roba y mata pero hace obra. Todo a través de la mirada de un niño.

¿Por qué decides dar el salto a la dramaturgia tras tu experiencia actoral?

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En realidad yo escribía desde antes de actuar, pero es la primera vez que presento un texto mío al público. Ambas cosas son un proceso de creación, así que están naturalmente ligadas. Así como muchos actores luego dirigen, yo escribí, luego actué y ahora, de nuevo, he escrito. Claro, actuar me acercó al teatro, me abrió una puerta y entré, ¡Y lo que hay adentro! Lo increíble y terrible a la vez de escribir teatro es ver cómo otros cogen tus palabras, les dan vida y las transforman.

Formaste parte de la obra Los Regalos, que será llevada a Alemania.

Sí, los Regalos ha sido invitada al Festival ARENA en Alemania, espero que para cuando viajemos a finales de mayo ya me haya acostumbrado de nuevo a tomar cerveza, porque desde que casi muero el año pasado no la hago. Mientras estaba echado en la UCI, uno de mis pensamientos recurrentes era que tenía que salir de ahí y ponerme a escribir.

¿Cómo influyó justamente esa experiencia en esta nueva etapa?

He obtenido más ganas de hacer, más preguntas sin responder y menos miedo a la muerte. Más excusas para seguir escribiendo.

La socia ideal

Desde su labor como directora, Leonor ‘Lola’ Estrada no solo ha logrado darle una formidable consistencia a El Anhelo de Juan, sino que ha permitido que Telmo Arévalo concrete su primera obra. Desde su rol de compañera, también tuvo un papel clave en la recuperación de la salud del joven dramaturgo y en la convicción de unir esfuerzos.

Con una formación en la Escuela de Circo de La Tarumba, el trabajo en familia ha sido parte esencial de su carrera. ‘Dentro de esa logica es natural que elija trabajar con Telmo, y la confianza que tenemos y el tiempo que compartimos nos permite estar siempre dialogando y reescribiendo la obra. Claro que, esto que nos permite estar pensando en la obra juntos a toda hora del dia, también puede ser estresante y demasiado intenso, pero estos retos y las asperezas temporales que traigan solo hacen avanzar nuestra relación a largo plazo’, explicó.

Si bien no es la primera obra a su cargo, ‘Lola’ Estrada ha conseguido dotar a El Anhelo de Juan de un carácter único, vibrante como las piezas que debutan: ‘Me interesa poner en escena obras con espacios vacíos, obras que empiezan preguntando mucho más de lo que responden’.

La arriesgada apuesta de la utilización de un andamio es idea suya. Como la imagen de aquellos edificios sin terminar, para la directora, es el anhelo a veces interrumpido de seguir creciendo. Además, permiten que la obra y sus 22 escenas fluyan simultáneamente, aunque con una elevada exigencia para las cuatro actrices que tuvieran que bajar y subir del andamio 20 veces al día. El esfuerzo, por supuesto, superó las expectativas, y aunque la obra deja más preguntas que respuestas, para ‘Lola’ Estrada, es el público el que termina de darle sentido a todo.

¿Dónde verla?

Centro Cultural Ricardo Palma. Av. Larco 770, Miraflores
Jueves 28, viernes 29, sábado 30 y domingo 1: 8:00 pm.
Costo: S/. 30 adultos y S/. 20 estudiantes
Teléfonos de reserva: Ana Claudia Moca 966822251
Página Oficial en Facebook: https://www.facebook.com/elanhelodejuan/

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